Los locos Addams es una franquicia agotada. Dio cosas muy buenas en el pasado y
llegó a su pico en los 90s con las películas de Barry Sonnenfeld.
Hubo otras series y películas, tanto animadas como live action, pero todas para el
olvido. Lo mismo que va a ocurrir con este estreno.
Es un film malo, no causa gracia en ningún momento, aburre bastante y no engancha al
espectador, sean niños o adultos.
Ni siquiera el gran cast de voces originales compuesto por Oscar Isaac, Charlize Theron
y Bette Midler, entre otros, realza en algo. Es realmente soporífera.
Lo único que destaco es el diseño de personajes bastante fiel a la creación de Charles
Addams en 1938 para The New Yorker, pero es un dato muy nerdo como para que sume
en cualquier otra escala.
La película está dirigida por Greg Tiernan y Conrad Vernon, quienes en el pasado
estuvieron detrás de alguna secuela de Shrek y la genial Sausage Party (2016), pero
aquella irreverencia no se encuentra aquí.
El mayor problema que posee es que no está definido a un público target y eso hace que
el humor no pueda ser explotado ni para un lado ni para el otro.
Desde el punto de vista técnico está bien, pero muy lejos de la excelencia de Pixar. Tal
vez la comparación es injusta, pero dado a que el film no te llega ni por la historia ni por
los personajes, es inevitable reparar en esas cosas.
En definitiva, Los Locos Addams no funciona. Solo un nostálgico encontrará algún
disfrute en un par de secuencias que remiten a la tan querida serie.