De este planeta
Gran comedia dramática de Ana Katz sobre una familia disfuncional.
Los Marziano no se llevan nada bien. O, por lo menos, uno de los varones de la familia apenas puede tolerar al otro. Hay una hermana que trata de componer un poco las cosas y la mujer de uno de ellos, que “pasa informes” de situación. Pero los hermanos ni se hablan.Así empieza Los Marziano , de Ana Katz, quien en su filme de mayor producción no ha perdido el gusto por ese humor extraño y subterráneo (acá, literalmente) que caracteriza a su cine.Como en El juego de la silla , la familia que protagoniza el filme es bastante disfuncional. Luis (Puig) es un doctor que vive en un lujoso country con su esposa, Nena (Morán). Su mayor problema parece ser descubrir quién está haciendo unos tremendos pozos en los que la gente se cae. Y más aún cuando el que se cae es él... y termina enyesado.Más difícil la tiene su hermano Juan (Francella), quien parece nunca haber tenido un trabajo estable (y su hermano le ha prestado dinero que nunca devolvió) y ahora vive en Misiones, de-sempleado. Juan tiene su propio “accidente”: andando en moto se da cuenta, al mirar un cartel, que no puede leerlo. Misteriosamente, por un problema neurológico, perdió la capacidad de leer.El viaje de Juan a Buenos Aires a visitar médicos, su encuentro con su hermana Delfina (Cortese), su reencuentro con su ex esposa y una hija forman una de las líneas narrativas de la película. La otra -con la que apenas se cruzan telefónicamente o a través de Delfina- tiene a Luis investigando quién puede ser el culpable de los extraños pozos que complican su buen pasar.Película sobre la familia que tiene más en común con el cine de Wes Anderson que con el costumbrismo local, Los Marziano desacomodará con su tono a quien espere una comedia convencional. Sí, es una película “para reír”, pero no de la forma esperada. Katz filma planos largos, tira una escena “extraña” tras otra y nunca juega a la complicidad con el público.En una actuación contenida y, finalmente, conmovedora, Francella nunca pierde la cara de compungido a lo largo del filme y su parte de la trama brilla por sus pequeños detalles, como su escena con un médico desagradable (Daniel Hendler, marido de la directora), en un congreso de medicina y en su obsesión por digitalizar sus casetes con un programa de radio que solía hacer.La otra parte de la historia es algo más problemática (el uso de la música no ayuda, intentado “empujar” a la risa), pero allí se luce Puig, componiendo un personaje al borde de lo desagradable, incapaz de hacer nada pese a los infortunios de su hermano. Hay un historial que le impide compadecerse de Juan (cree que es un mentiroso), con lo cual tampoco es un simple villano.Los Marziano hace honor a su título. Es una aparición medio extraterrestre en el panorama local. Una comedia “indie”, enrarecida, lanzada como título taquillero y popular. Sería extraordinario que una figura como Francella consiga que cineastas como Katz se encuentren con el gran público, especialmente cuando lo hacen sin traicionar su cine.El de Katz es un filme sobre las familias y sus historias secretas: un pasado del que no se habla, un curioso presente, un improbable futuro. Las peleas, las distancias, los encontronazos, no crean ni héroes ni villanos, no permiten la risa fácil ni cómoda. Las familias nos fascinan y nos descolocan. Como la de esta noble, notable película.