Los Marziano

Crítica de Martín Morales - MM Críticas

MARZIANOS TERRESTRES

Drama nacional con toques de comedia que tiene sus similitudes con los otros trabajos realizados por la directora, en especial con "El juego de la silla", que logra destacarse por el muy buen trabajo de sus intérpretes al captar la humanidad de sus roles y, principalmente, por crear una emoción realista y pura sin llamar a los lugares comunes ni a los golpes bajos.

Luis es un hombre que vive junto a su controladora esposa en un country de la ciudad de Buenos Aires. Él, mientras recorría el campo de golf, se cae en un pozo, situación que lo obsesiona y que, si bien no tuvo mayores daños que una fractura en un brazo, va a hacer todo lo posible por encontrar al responsable del hecho. Por otro lado, está su hermano, Juan, que viene desde Misiones para que le hagan unos estudios neurológicos porque perdió repentinamente la capacidad para leer. Los dos se odian, se deben favores y no pueden ni escucharse hablar. El cumpleaños de una sobrina puede ser el momento para que ambos puedan reencontrarse.

Si bien la película tiene muchos momentos muy sutiles de humor, el rumbo que toma, gracias al carácter de los personajes y a la cálida ambientación de la directora le proporcionó a cada uno de los ambientes donde suceden los hechos, el drama aquí prevalece y se destaca mucho más en el relato. Esta es una historia sobre los problemas de las familias, sobre la desconfianza, sobre el amor y, principalmente, sobre la reflexión. Cada uno de estos temas están muy bien planteados y llevados adelante con lucidez gracias al tono tranquilo y serio que siempre se tiene presente y a la muy bien desarrollada fotografía que pinta las sensaciones y sentimientos de los personajes.

Dividida en los dos puntos de vista importantes sobre un mismo hecho, o sea sobre la enfrentada relación entre los hermanos, la cinta se da lugar a entrar en otras situaciones paralelas que le brindan mucho más sentido a los personajes y los perfila muy bien para que cada uno de los sentimientos y actitudes que van teniendo se entiendan. Se toma el tiempo necesario para describir con detalle a los roles, ya sea mostrando sus puntos débiles y sus fortalezas, y siempre se mantiene un mismo ritmo que, acompañado de una música que sirve como transición e indicador de los cambios de ánimo, es muy destacable. Es aquí donde el trabajo realizado por los actores al encarnar cada uno de los personajes es muy valioso, ya que las emociones que se van presentando se ven claras y están muy bien llevadas adelante. Guillermo Francella le da vida a Juan y lo hace maravillosamente bien. Muestra su carácter inocente y frágil, lo dota de un humor repentino y cuidado y, sobre todas las cosas, crea un aura impecable de soledad que aparece en cada una de las escenas. Arturo Puig, al mismo tiempo, capta la obsesión de su personaje y la hace visible. Cada uno de los momentos en los que cree ver algo a lo lejos y ese maravilloso final cara a cara con Francella, son los mejores momentos de la cinta. Rita Cortese es quien desarrolla la faceta humorística, o mejor dicho, la que más humor le pone a los problemas que la rodean, está muy bien. Mercedes Morán, como una mujer controladora y protestona, está muy correcta (escena de la pileta).

Clara en sus intenciones; no juega con los sentimientos del espectador; con un desarrollo tranquilo y pausado, procurando describir cada uno de los pasajes con profundidad y reflexión; con una economía de recursos impecable (se aprovecharon mucho los lugares físicos, que son pocos, pero que muestran, en cierta manera, la forma de vida de los personajes y como ellos se mimetizan con su entorno); con un humor delicado; con actuaciones que van de la mano de las necesidades del guión (Francella y Cortese son quienes más se destacan); con un muy buen trabajo de cámaras, de fotografía e iluminación y, en especial, con una emoción que se introduce con originalidad y mucho sentimiento, "Los Marziano" es una película muy humana, entretenida y bien hecha. Un paso adelante de la comedia dramática comercial argentina.

UNA ESCENA A DESTACAR: final