Sabemos que siempre presenta una dificultad el hecho de volver a los lugares que alguna vez fueron de alegría, sobre todo si esos instantes resultan lejanos en espacio y tiempo. A Lucas (Tomas Wicz) y Gilda (Laila Maltz) les toca una tarea aún más difícil: ir a la ciudad y a la casa donde su madre falleció de forma trágica. Convencidos de que será express su pasada por ese lugar, los hermanos se pelean para decidir quién duerme en la habitación de la mujer y quién en el sillón mientras se niegan a usar el baño donde el hecho ocurrió, asegurando que “pueden aguantar”, total cuando llegue el día, irán a desprenderse de los restos de su madre y ya podrán irse tranquilos, con la ilusión de que no les sigan sucediendo cosas malas. Pero cuando el sol sale, los contratiempos comienzan también, en especial, al enterarse de que un obstáculo entorpece su plan.