En su primer largometraje de ficción, el hasta ahora documentalista Ladj Ly filma nuevamente en el barrio de Montfermeil, donde conviven diversas comunidades con cierto predominio árabe. Hasta allí llega un joven policía, interpretado por Damien Bonnard, para incorporarse a una dupla experimentada de la escuadra anti crimen.
Les Misérables no es una nueva versión de la célebre obra de Victor Hugo, pero tiene en común el estar ambientada en el mismo suburbio donde transcurría la historia de Jean Valjean. De hecho el film se inicia con la siguiente cita del célebre libro: “Pacifico y agradable lugar, que no estaba en la ruta de nadie”, obviamente una irónica descripción aplicable también a lo que la película ilustra.
La primera escena mostrando la alegría de los franceses en ocasión de la conquista de la última Copa del Mundo puede llevar a confusión, pero en verdad es una simple excusa para ir introduciendo a algunos de los jóvenes protagonistas, residentes en los alrededores de Paris. Uno en particular, un adolescente que roba un cachorro de león de un circo, será protagonista central de la historia al ser herido gravemente durante los encuentros con el trío policial. La violencia, sobre todo durante los enfrentamientos finales, está brillantemente filmada en un dramático crescendo. Papel no menor tendrá un chico que graba con un dron la agresión al joven ladrón y la búsqueda desesperada del trío policial de dicha filmación.
Un gran mérito de Les Misérables es que se sitúa en una posición algo equidistante entre policías y “ladrones”, como lo atestigua claramente la última escena de la película.
Seguramente será superada a la hora de los galardones de la Selección Oficial por otras obras de talentosos realizadores como Tarantino, Almodovar, Malick, Bellocchio, Loach e incluso francófonos (Dardennes, Desplechin, Kechiche). Pero al menos, en opinión de este cronista, es una obra rescatable, sobre todo si se la compara con la de Jarmusch o la canadiense (La femme de mon frere), deplorable inauguración de Un certain regard, segunda selección detrás de la Oficial.