Los miserables es una película francesa nominada al Oscar a la Mejor Película Internacional en la última edición de tales premios. Opera prima del africano Ladj Ly, está protagonizada por Damien Bonnard, Alexis Manenti, quien ganó por este papel el premio César al Mejor actor revelación, Djebril Zonga y Jeanne Balibar entre otros.
Con un guion escrito por su director Ladj Ly, Alexis Manenti, uno de sus protagonistas, y Giordano Gederlini, la película narra cómo son dos días de trabajo de un comando policial que recorre Montfermeil, un barrio marginal de París. Y para ello dedica un largo tiempo a presentar a diferentes personajes que lo habitan, para hacerlos entrar en acción en un segundo acto, que se desencadena cuando estos policías lastiman a un menor.
Entre lo más interesante se encuentra su puesta en escena neorrealista, donde Ladj Ly aprovecha su experiencia como documentalista, género en e que se encuentra el largometraje homónimo en el que se basó esta película, por lo que muchos vecinos del barrio se interpretan a sí mismos en papeles secundarios. Y esta puesta en escena puede apreciarse también desde la fotografía, ya sea por el uso de luz natural como la utilización de drones o cámaras en mano cuya desprolijidad aporta el realismo necesario.
Pero el principal problema de “Los Miserables” es que se toma demasiado tiempo en describir el barrio y la situación de sus habitantes, utilizando como punto de vista del espectador al personaje de Damien Bonnard. Porque presenta a una gran cantidad de personajes en una larga serie situaciones, con estructura episódica, de manera similar a Día de entrenamiento. Y esto hace que el espectador comience a perder el interés, a la espera de que comience el conflicto principal, en el que si bien todos los personajes son partícipes, se hace esperar por demás.
En conclusión, Los Miserables es una película que divide la descripción de la acción. Y si bien queda claro que lo segundo es un medio para darle sentido a lo primero, esta clara separación hace que decaiga el interés del espectador en algunos momentos. Y se desaprovecha así la oportunidad de generar el impacto necesario para hablar de los conflictos entre los inmigrantes en países europeos y cuestionar el abuso policial.