Maravillosamente rodada, con un elenco de primer nivel cantando cada secuencia con soltura y pasión, es esta una cinta para ver y disfrutar, si o si en la oscuridad de una sala y en pantalla panorámica.
La reconstrucción de época, el vestuario, la luz, la puesta. Una película vibrante, bella que obviamente está destinada a los amantes e iniciados en el género musical. Porque aquí casi no hay dialogo, todo se dice cantando. Y es verdad que la extensa duración atenta contra el ritmo del metraje, pero el saldo es sin dudas positivo, porque el talento de todos los artistas, los que están delante y los que trabajan detrás de cámaras, se lee en cada fotograma del filme.