La película con los personajes de Jim Henson transmite felicidad y emoción
A 35 años de su creación, los Muppets mantienen intacta su magia gracias a una película que, si bien apela de manera casi inevitable a la nostalgia, no se queda en el mero ejercicio autorreferencial o en la comodidad del homenaje a pura melancolía, sino que -por el contrario- propone un regreso a lo grande, lleno de humor y alegría. El resultado es un film lúdico e inteligente (y, por lo tanto, de carácter multitarget), que celebra con creatividad y fluidez géneros clásicos de Hollywood como el musical o la comedia (tanto física como verbal).
En estos tiempos de presupuestos multimillonarios y sofisticados efectos visuales, los Muppets es una bienvenida "anomalía": una producción muy austera para los cánones del cine norteamericano actual, cuyo principal objetivo es el lucimiento de unos pequeños muñecos de trapo con un corazón enorme.
Una joven pareja (Jason Segel, también coguionista del film, y Amy Adams) sale de la previsibilidad del pequeño pueblo de Smalltown para acompañar por todo el país e incluso por el exterior a Walter (la principal incorporación de la película), un muñeco que se declara el fan N° 1 de los Muppets , en su intento de reunir al desintegrado grupo con la idea de salvar el viejo teatro/estudio de la troupe, que está a punto de caer en manos de un desalmado petrolero (Chris Cooper). En una verdadera carrera contra el tiempo, la única opción que les queda es recaudar 10 millones de dólares en un improvisado show televisivo.
Estamos ante una película que regala una nueva idea cada 30 segundos (algunas buenas, otras geniales) en un derroche de ingenio y a partir de una capacidad de sorpresa a la que Hollywood nos tenía desacostumbrados desde hacía mucho tiempo. Incluso cuando apela al artificio de los musicales de estudio, a los anacronismos o a algunas situaciones casi ingenuas, la trama siempre fluye de la mejor manera.
El film juega con el espíritu del rock (allí están la escena de la banda tributo Los Moopets o la idea de la reunión de un viejo grupo con varios integrantes en decadencia) y luego "dialoga" con buena parte de la mejor historia de la comedia norteamericana, sin por eso desviarse de su misión central: reivindicar la esencia de Kermit/René, de Miss Piggy y de las otras queribles creaciones del legendario Jim Henson; entretener, sostener el suspenso hasta el final y, sí, emocionar con los mejores recursos. Cartón lleno. Lo más parecido que el cine puede ofrecer en términos de euforia y felicidad.
PD: Aquellos que concurran sin niños pequeños tienen la opción de disfrutar de la versión original con subtítulos. Son sólo tres salas las que la exhiben en esas condiciones (Showcase Belgrano, Norte y Córdoba), pero vale la pena buscarlas.
PD 2: Se recomienda llegar con puntualidad a la función. Antes de los Muppets se exhibe Extra Small ( Small Fry ), notable corto de Pixar ligado a la saga de Toy Story . Un excelente aperitivo antes del plato principal.