¡La vida es una canción alegre!
Los Muppets, estas brillantes criaturas de Jim Henson que lograron conquistar durante años la televisión, los cines, el merchandising y, en definitiva, el mundo, vuelven luego de varios años de silencio mediático (siguieron existiendo, claro, pero en otras plataformas, como DVD o internet) a la pantalla grande con una película alegre, feliz, llena de color y optimismo. Una película que hace que uno salga del cine con ganas de cantar y darle un ramo de rosas a una viejita. Una película que, conozcan o no a estas marionetas, deben ver.
Pero vamos al principio. La película comienza presentándonos a Water, el chico (marioneta, mejor dicho) más fanático de Los Muppets del universo. Su hermano, Gary (Jason Segel) está en pareja con Mary (Amy Adams) y pronto cumplirán un nuevo aniversario de su relación, por eso planean un viaje a Los Angeles, en donde pasarán una velada romántica. Pero lo que iba a ser una vacación se termina convirtiendo en una salida de amigos cuando Gary invita a Walter al viaje para llevarlo a conocer el teatro de Los Muppets.
Cuando llegan allí, ven que el lugar está abandonado y que, para colmo, un malvado multimillonario (Chris Cooper) quiere comprarlo solo para volarlo al demonio y excavar en busca de petroleo. Walter no permitirá eso, así que irá a buscar a la rana Kermit (ex René) para advertirle de la situación. Solo hay una forma de rescatar el teatro, y es juntando diez millones de dólares, ¿cómo podrán hacerlo? ¡Pues claro, reuniendo a todos Los Muppets en un teletón solidario! Pero hay un inconveniente: Miss Piggy no quiere volver, ya que es una empresaria editorial exitosa en Francia, Gonzo es un reconocido fabricante de sanitarios y Fozzie tiene una banda tributo a Los Muppets (Los Moopets) en Las Vegas. Todos tienen cosas que hacer, ¿querrán volver para recordar viejos tiempos y así salvar el teatr0?
Con ese planteo arranca una película llena de gags cómicos, canciones, chistes tontos y guiños para los más veteranos. Y es que hay que admitir que esta entrega de Los Muppets está más orientada para los que tenemos de casi-treinta para arriba, ya que no hay una presentación de personajes ni una historia previa: el director James Bobin supuso que todos conocíamos a Los Muppets (¡y deberíamos!) lo cual no es un defecto, pero cierra un poco las puertas al gran publico.
Hay muchos puntos altos en esta película, desde Chris Cooper rapeando hasta una decena de cameos que sorprenden y hacen reir muchísimo. Por eso mismo, no los voy a adelantar.
Si quieren hacer algo bueno por ustedes, este fin de semana vayan a ver la película de Los Muppets. Cuando salgan, de verdad, van a sentir que el mundo no es tan malo como parece.