Ninguna crítica estaría completa sin volver a destacar la originalidad de la campaña de marketing de Los Muppets, primer caballo de batalla que daba cuenta que el regreso de las creaciones de Jim Henson era en serio. Cuando la mayoría solo busca cumplir, los realizadores estiraron ambas manos para abrazar el mundo de posibilidades que estos personajes son capaces de ofrecer. Así, la movida publicitaria más inteligente, divertida y creativa del año ubicó la barra demasiado alto como para que el resultado pudiera cumplir las expectativas. Por supuesto el trabajo no termina ahí, si así lo fuera, y parafraseando a Amy Adams, sería una película muy corta. Y como este no es el caso, hay 103 minutos de pura fiesta por delante, un film colorido y refrescante en el que todos se lucen, hombre o muppet.
Los Muppets son música y, como no podría ser de otra forma, esta ocupa un lugar de predominio en este proyecto. Las canciones, no obstante, no son las típicas agradables y descartables que acompañan a una película infantil, son verdaderas composiciones totalmente integradas al desarrollo, cargadas de contenido y, sobre todo, disfrutables por fuera de las imágenes. Life's a happy song, Man or Muppet, grandes creaciones de Bret McKenzie cuyo involucramiento es fundamental, al igual que Pictures in my head son claros ejemplos de esta intención de trascender. Y de esta forma, en caso de que efectivamente esto sea todo para dar un último show, todos se aseguran de que este sea inolvidable.
En este punto es necesario destacar a la dupla que hizo todo posible, Nicolas Stoller y el genial Jason Segel. Tras haber trabajado juntos en la muy buena Forgetting Sarah Marshall, ambos acercaron a Disney la idea de una última película sobre estos personajes, la anterior es del '99, planteo que elaboraron desde el inicio. Desde algún tiempo atrás la industria viene reconociendo, en forma tardía como siempre, la capacidad de Segel para el humor, algo que queda de manifiesto por su participación, con la excepción de Gulliver’s travels, en los mejores exponentes de la comedia en los últimos años.
The Muppets es un film que atraviesa a todas las generaciones por igual, a los niños que se ríen de una marioneta que habla, a los adultos que entienden lo que esta está diciendo, a aquellos que crecieron junto a ellos, a los que disfrutaron de los Muppet Babies o a los que nunca los vieron. Es también una cadena interminable de aciertos que van desde el enorme papel de Chris Cooper con sus maniacal laughs para la historia (¡es genial ser él!) hasta la involuntaria dupla cómica en la que Jack Black se ve envuelto, pasando por más de una hora y media del mejor humor, que si bien está actualizado no pierde ni la magia ni las raíces de estos encantadores personajes. Es que a decir verdad, la vida es una canción feliz, pero lo es más aún si son los Muppets los que la cantan.