Julia (Belén Rueda) regresa a Bellevue con su marido para visitar a su hermana Sarah, casi ciega por una enfermedad degenerativa de la que intentó operarse sin éxito. Al llegar descubren que Sarah se ha suicidado y ninguno de los misteriosos vecinos se extraña por ello. Julia no sólo debe afrontar la pérdida de su hermana, sino también la pérdida de toda esperanza para detener su inminente ceguera, pues ella sufre la misma enfermedad y parece compartir su mismo destino.