Lo que el agua nos dejó
Los hermanos Onetti se alejan del giallo italiano para abrazar el slasher en Los olvidados (2017), su nueva película de terror que se centra en un grupo que va a filmar un documental a la abandonada Villa Epecuén y quedará a merced de una familia poco convencional.
A bordo de una van, un director de cine, su novia, la camarógrafa, el sonidista, un ayudante y una antigua pobladora de Villa Epecuén, llegan a la ciudad que quedó bajo el agua luego de la inundación de 1985. Con la intención de filmar un documental que narre los hechos que ocurrieron hace treinta años, irán recorriendo los distintos lugares que recuerda la protagonista.
No pasará mucho tiempo para que comience el horror y este grupo quede sometido a la voluntad de una familia oriunda del lugar, comandada por Mirta Busnelli. Asimismo, un misterioso hombre interpretado por Gustavo Garzón, conectado con el funesto clan, se cruzará en el camino de estos.
Esta vez detrás de cámara encontramos a los dos hermanos Onetti. Si las dos películas anteriores, Sonno Profondo (2013) y Francesca (2015), la primera dirigida y escrita por Luciano y la segunda dirigida por él y coescrita con su hermano, eran un homenaje al giallo, en Los olvidados exploran el slasher.
Y esto es bastante consecuente con la carrera de los Onetti debido a que el slasher se nutre del giallo. La película cumple con todos los requisitos del género y posee una gran calidad técnica. Sin embargo, los hermanos se guardan una sorpresa para el final que vendría a cambiar la característica de la final girl (última chica), aquella que sobrevive luego de enfrentar al asesino enmascarado.
Si en Sonno Profondo y Francesca (aquí hay una referencia en la remera que usa el personaje de Damián Dreizik) se limitaban a homenajear sin agregar alguna cualidad distintiva, es en Los olvidados donde se animan a cambiar un poco las reglas del juego y dejar su marca propia.