“Los padecientes”: cuando el detective del caso es psi
Con elenco atractivo, interesantes recursos de puesta, cuidadosa factura general y trasfondo de actualidad, esta película tiene sus buenos méritos y algunas falencias, así como méritos y defectos propios de la novela de Gabriel Rolón en que se basa. Por ejemplo, parrafadas que sólo son verosímiles en el libro o personajes y situaciones inconducentes, aunque la adaptación intentó darles mejor empleo.
La historia entremezcla géneros. Una joven y misteriosa mujer acude a un investigador para salvar a un ser querido acusado de un crimen. Sólo que el investigador no es un detective sino un psicólogo, experto en escarbar en el fondo de las almas en busca de la verdad que las atormenta. Lo que en este caso podría salpicar a ciertas figuras de peso. Será amenazado. Enfrentará las angustias derivadas de los abusos sexuales. Expondrá los modos en que la verdad puede surgir, mezquinarse o desviarse para mejor uso. Y, en fin, excederá un poquito sus normas profesionales. Digamos que es un psicólogo "abracero", como decía el cómico y como quieren las espectadoras.
Para contar esto, el director Nicolás Tuozzo aplicó varios recursos propios del melodrama, el cine de detectives y el cine de terror, y unas sesiones de psicología bastante cinematográficas. Contó con buenos técnicos y la taquillera dupla Vicuña-China, respaldada por Pablo Rago, Francella hijo, Luis Machín, Osmar Núñez, Justina Bustos, injustamente desperdiciada, y Angela Torres, que se luce a pleno en destacada composición. Pero quizás habría convenido algo más de tensión, y una escena de orgía menos aburrida.