Fiesta a la australiana
Los Padrinos de la Boda reúne a Dean Craig, guionista de Muerte en un Funeral y al australiano Stephan Elliott (Las Aventuras de Priscilla, Reina del Desierto) en la dirección.
Lo primero a destacar es que esta comedia no tiene absolutamente nada que ver con la calidad que había logrado Muerte en un Funeral en cuanto a guión. Los Padrinos de la Boda es una película divertida pero que continúa con la seguidilla de comedias más hollywoodenses del estilo de ¿Qué Pasó Ayer? en donde la fórmula parece radicar en qué muestra la fiesta más loca, escatológica y llena de drogas del mercado. Dentro de este género Los Padrinos de la Boda funciona y divierte aunque a veces las situaciones resultan demasiado forzadas y predecibles.
Los aciertos de esta película son algunos recursos visuales interesantes que acompañados de la fotografía son funcionales al estilo de lo que pretende contarse, un buen ritmo que hace que la película no decaiga y sobre todo el contraste que surge de pensar en lo terriblemente aburrida e insulsa que iba a resultar esa fiesta sin la aparición de los tres amigos de David, el protagonista. Este contraste dado por la mecanización en los preparativos de la boda, las escenografías, los personajes y la música por parte de la banda que actúa durante la ceremonia estalla con las personalidades y los enredos en los que se meten los 3 amigos de David.
Sus fallas por otra parte están dadas por un guión hecho sin mucho esmero y un final que junta todos los clichés de las películas románticas y cómicas de los últimos años en sólo 5 minutos.
Los Padrinos de la Boda es una película que entretiene pero hay que tener en cuenta que está lejos del humor de Muerte en un Funeral y más cerca de las comedias "desmadradas" que dio Hollywood últimamente.