Misterio en Venecia
La persistente búsqueda de un tesoro da movimiento a esta historia de 1888, que ha inspirado cantidad de adaptaciones en diferentes formatos, desde óperas hasta dramas de radio y películas en varios idiomas, aunque en este caso se aleja demasiado del espíritu de la novela original de Henry James, lo cual provoca cierto desencanto.
Los papeles de Aspern (The Aspern papers, 2018), es un drama británico del director Julien Landais, ambientado en Venecia y basado en la novela de Henry James. Jonathan Rhys Meyers interpreta a Vint, un biógrafo literario obsesionado con el poeta romántico Jeffery Aspern. Él utiliza todas sus herramientas para ocultar su verdadero propósito e identidad y así obtener las cartas que el famoso poeta le enviara a su amante, -ahora anciana- Juliana Bordereau (Vanessa Redgrave, la icónica actriz de Blow-up (1966) de Michelangelo Antonioni, inclusive intenta seducir a su soltera sobrina Tina (For Joely), quién abandonó su vida para cuidarla. Ambas se quedaron en el tiempo.
Julien Landais director y además participe del guion, debuta con este largometraje que resulta tedioso, un drama romántico pero sin pasión. Las actuaciones se ven forzadas y el film sigue su curso, de ritmo lento, sin generar interés o novedad en el espectador. La excentricidad, la pasión, el misterio, la literatura y la sofisticación están presentes, aunque de manera desmesurada e inadecuada. Tanto el vestuario, la escenografía y las locaciones, son acertadas, pero sin destacar en el relato.
De planteo quizás muy ambicioso, la película se presenta como un intento de capturar algo de la atmósfera veneciana de obras maestras como Venecia rojo shocking (Don´t look now, 1973), de Nicolas Roeg o Muerte en Venecia (Morte a Venezia, 1971), de Luchino Visconti. Sin embargo, el director no consigue mantener la atención del espectador en simples escenas de diálogo y mucho menos revivir un contexto de paranoia progresiva a través de imágenes de sueños surrealistas.