Aparentemente el eje de la película es sencillo: chico conoce a chica e intentan un romance. Él, 24 años, estudiante de arquitectura que ha hecho una pausa en su carrera, trabaja en una librería, le gusta el cine, la música y la literatura. Es indeciso, volátil, adolescente tardío. Ella, 28 años, estudia para ser chef, es paraguaya, durante la semana trabaja en una casa de familia, los fines de semana cuida a una señora mayor. Es más decidida, más esperanzada. Estos dos mundos tan marcados en la película en sus diferencias, se cruzan y se descruzan en los trayectos por la ciudad, mientras viajan en auto, mientras caminan por la ciudad, mientras intentan ver una película juntos.
Los paseos ensaya un tema más que interesante; tensionar sus materiales hasta hacerlos estallar. Lamentablemente la explosión nunca se produce, quizá la película carece de sustancia donde esos materiales se conformen. Esos materiales son opuestos y a la vez complementarios; chico consigue un trabajo extra, sacar a pasear en auto a la señora y a su cuidadora. Largos viajes hacen los tres, recorren la ciudad, la observan, le ponen contenido a las estructuras edilicias, cuentan historias de espacios y de casas; el problema es que el gesto de apropiarse de esos espacios nunca se completa. Ese contenido, esa sustancia se desvanece y Los paseos es pura forma, como esos edificios que bordean la ciudad. Esa ciudad que se tensiona entre la Avenida Libertador y el barrio de Lugano; entre los parques y los edificios; entre las imágenes de Evita, Cristina, Fassbinder, Paulo Rocha y las imágenes sonoras de Bach, la ópera, el cine francés en blanco y negro. En estos recorridos también aparece una desdibujada tensión de clase que se autoreprime y se diluye en el bamboleante movimiento del auto en las calles.
La película fluye en sus formas, en el modo en el que está filmada, en su erudición constante; fluye como esos paseos amables por la ciudad, pero se estanca en la carencia de profundidad, en su ideología fluctuante, en sus miedos; como sus personajes. Tal vez, ese doble estancamiento sea la virtud de la película, aquello que cuenta es coherente con la manera en que lo cuenta, aunque a veces no alcance.
LOS PASEOS
Los paseos. Argentina, 2022.
Guion y Dirección: Esteban Tabacznik. Intérpretes: Sergio Mayorquín, Camila Peralta, Rosa Marco, Agustina Rudi, Santiago García Ibáñez, Gaby Ferrero, Alejandro Catalán, Iván Moschner, Mario Bodega, Leonardo Murúa, Alvaro Mugrabi. Con la participación especial de Susana Pampín y Adela Sánchez. Dirección de fotografía: Fabiano Quaglia. Montaje: Vanina Cantó, Joaquín Aras, Manuel Ferrari y Esteban Tabacznik. Asesoría de Montaje: Alberto Ponce. Dirección de Arte: Estefanía Ríos. Director de Sonido: Gonzalo KomelMezcla de sonido: Francisco Pedemonte y Juan Molteni. Ilustraciones: Juan Luis López. Música original: Sonia Alvarez. Duración: 99 minutos.