“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar” escribió una vez el poeta Antonio Machado. Esta frase tan conocida puede, en un punto, resumir la situación en la que se encuentra Diego (Sergio Mayorquín), el personaje principal del film Los Paseos, dirigido por Estaban Tabacznik. a estrenarse esta semana en el Cine Gaumont, en la Ciudad de Buenos Aires.
El protagonista es un estudiante de arquitectura -y un gran conocedor y aficionado de las artes- quien, mientras busca un rumbo propio conoce a Belén (Camila Peralta), una cuidadora estudiante de cocina profesional, e iniciarán un romance que los llevará por los lugares más interesantes de Buenos Aires.
Si uno recorre la Ciudad con ojos de turista se encuentra con espacios que contienen mucha historia. La película se asegura que el espectador sea no solo testigo, sino un pasajero más en los paseos en auto de los protagonistas; la utilización del ángulo contrapicado (orientado hacia arriba) en los planos logra que los edificios se disfruten en toda su majestuosidad y esa forma tan humana de mirar y disfrutar la arquitectura de una ciudad.
El mayor fuerte de Los Paseos es su reflexión filosófica. Qué ser humano no se sintió alguna vez sin rumbo en la vida y sin embargo hacía lo posible para salir adelante. Cualquiera puede ponerse en la piel de Diego y sentirse reflejado en la pantalla grande. La búsqueda, las inseguridades propias, la pasión, la conexión con el otro; todo ese ámbito de la experiencia de una persona metida en un solo personaje, interpretado muy bien por Sergio Mayorquín. También es necesario destacar a su contraparte, Camila Peralta. La química y la chispa entre ambos permite una relación humana, con sus altos y bajos.
Más allá de todo, el largometraje deja a una audiencia pensando sobre su propio camino y con una sensación de empatía hacia ambos protagonistas: ojalá hayan encontrado el trayecto que merecían.