Anexo de crítica: El cambio de director no parece haber favorecido el nivel de esta tercera entrega de la saga iniciada con La familia de mi novia en 2000 y continuada por Los Fockers: la familia de mi esposo en 2004. Más allá del ingreso de Paul Weitz en lugar de Jay Roach hay aquí un problema de agotamiento de ideas que le impide a la comedia igualar el efecto causado por las dos películas anteriores. De Niro ya cansa con su gesto adusto, Stiller se repite histéricamente una vez más, Jessica Alba luce descontrolada en su papel de chica tonta y sexy, Barbra Streisand le aporta algo de dignidad a su rol y Dustin Hoffman actúa (muy mal) en apenas dos escenas por el pancho y la coca. Ah, el cameo de Harvey Keitel es de lo más patético que hemos visto en mucho tiempo. Sólo algunos gags aislados la salvan del desastre. Y roguemos que sea la última… aunque el final indique más bien lo contrario…