Tercer capítulo de una saga que conquistó al público con los permanentes conflictos de un joven paramédico y su suegro ultraconservador. Desde la primera vez que tomó contacto con los padres de su novia, Greg Focker (B. Stiller), educado en un hogar muy liberal (sus papás fueron hippies en los `60), supo que iba a tener problemas. El principal se llama Jack Byrnes (R. De Niro). Ex agente de la CIA, pretende ordenarle la vida a Greg según sus códigos inalterables. En esta aventura, el joven matrimonio Focker ha tenido mellizos y los chicos cumplen un año. Hora de que las dos familias se reúnan para festejarlo; y Greg será puesto una vez más a prueba por su implacable suegro. Pretende convertirlo en un jefe familiar a la vieja usanza. Felizmente, arriba a la celebración la parentela del muchacho y un antiguo novio de ella para equilibrar los tantos. Como de costumbre, hay enredos y malentendidos a granel, pero la gracia luce un tanto más moderada que en los dos films anteriores.