Los perdedores

Crítica de Juan Pablo Ferré - CinemaScope

Cómo destruir una película en 15 minutos Cómo destruir una película en 15 minutos

Seamos francos, no es que antes de esos últimos quince minutos The losers -basada en un comic de DC con el mismo nombre- sea una película de acción inolvidable, un clásico del género, con escenas y diálogos que nos quedarán en la memoria por años. La verdad, no está ni cerca de eso, pero se podría decir que antes de esas fatídicas tomas finales, The losers era una película de acción con toques humorísticos mediánamente decente y que -y esto es lo más destacable de la mayoría de su metraje- no se iba por las ramas en las escenas de acción.

The losers cuenta la historia de un equipo de soldados que es traicionado y quiere venganza. Para llevarla a cabo se sumará a la historia una mujer atractiva -la ascendente Zoe Saldana- que necesita de un equipo de soldados para... ejecutar su propia venganza contra el mismo enemigo. Este malvadísimo sujeto, un villano más malo que el demonio pero con un ridículo sentido del humor que le hace decir chistes sin parar -interpretado por Jason Patric con tanta mala puntería como la que tuvo el guionista al que se le ocurrió un papel tan grotesco- tiene el loco plan de comprar unas superbombas nucleares a unos árabes inocentones que creen estar haciendo negocios.

De más está decir que el guión está lejos de ser una maravilla. Los personajes son clásicos: el jefe, su mano derecha, el payaso, el esforzado que se preocupa por su familia y el latino callado que sólo hace su trabajo conforman el grupo de guerreros de elite sin miedo a nada. Se destaca la labor de Chris Evans (Los cuatro fantásticos) como el bufón del equipo, un comodín, experto en computación pero también capaz de saltar techos y disfrazarse para meterse en lugares restringidos. Su personaje es quizás tan ridículo como la mayoría de la película, pero de alguna manera Evans logra sacarle el jugo a su papel y hacer reír con sus ocurrencias.

Lo bueno de The losers es que no se toma a sí misma demasiado en serio. La mayoría de los personajes están construídos sobre una base cómica, muchos diálogos están orientados hacia el humor dentro del metraje, lo que genera que el espectador se relaje y no sea tan exigente con lo que la historia les va presentando.

A pesar de todo esto, los hechos relatados -en especial las escenas de acción- mantienen hasta muy cerca del climax una cierta verosimilitud (la pérdida de credibilidad va in crescendo desde un comienzo bastante normal a un final intragable), un aura mínimamente creíble si nos esforzamos un poco y nos atenemos a que se trata de una película de acción moderna. Es difícil recordar películas de acción de los últimos años en donde el espectador no se quede con una sonrisa socarrona mirando las escenas de tiros y no diga "dejate de joder". Es cierto, nuestro equipo secuestra un camión blindado con un helicóptero y se lanza a un ataque sorpresa contra todo un ejército, pero son audacias que resultan mínimamente soportables dentro de lo esperable. Otra escena en donde el personaje de Evans mantiene a tres hombres armados amenazados con sus dedos en forma de pistola engancha más por el costado cómico -y la ocurrencia de la resolución del problema- de lo que molesta por su falta de correspondencia con el mundo real.

Quien se lleva un poco de crédito por el filme termina siendo el director, que pese a ser el responsable de todo el producto, le imprime al metraje un estilo, un sello característico (muy a lo Guy Ritchie, con cámaras lentas y montajes rítmicos modernos) . En ese sentido, el poco rutilante Sylvain White sale bastante bien parado.

En definitiva, The losers es una película de acción bastante tontuela -como esos amigotes pesados que se la pasan haciendo chistes hasta cuando el momento no lo amerita-, con algún que otro artificio visual atractivo (aunque también descarrila en ese sentido en algunas escenas) y con una historia a la que no hace falta prestarle demasiada atención para seguir. Su final nos invita a creer que habrá una continuación, aunque su floja performance en la taquilla norteamericana nos hace dudar de esta posibilidad.