Correrse del epicentro del poder militar y abordar la dictadura desde sus actores laterales (la complicidad de la sociedad civil, el rol de la Iglesia, el arrepentimiento de los mandos medios) es el hilo conductor de los tres documentales de la chilena Marcela Said. Ahora, en su segunda película de ficción, la directora arriesga una hipótesis que coloca a los militares como meros títeres del poder económico durante el periodo pinochetista (y cómo los representantes de esta burguesía tienen la facilidad de desentenderse de su pasado).