Los cómplices
El segundo largometraje de la realizadora chilena Marcela Said narra la relación entre una mujer de cuarenta y dos años, hija de un empresario chileno cómplice de los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet, y un ex coronel acusado de delitos de lesa humanidad en el país transandino.
En medio de las investigaciones por los asesinatos y las desapariciones de militantes políticos durante la dictadura chilena que derrocó al gobierno democrático de Salvador Allende en una operación fraguada por los militares, las clases altas chilenas y los servicios de inteligencia norteamericanos, Mariana (Antonia Zegers) se entera de que su profesor de equitación, Juan (Alfredo Castro) está acusado de haber participado en el asesinato de varios militantes políticos durante la década del setenta. En una mezcla de investigación y juego erótico, Mariana entabla una relación amorosa con el ex coronel pero también coquetea con el fiscal que lo investiga mientras realiza un tratamiento in vitro para quedar embarazada junto a su marido argentino, Pedro (Rafael Spregelburd), que se desentiende de la situación por la que su esposa está pasando.
El film narra a través de esta historia la confrontación de la generación post dictadura con el dilema de la herencia genocida pinochetista en medio de una demanda generalizada de los organismos de derechos humanos por memoria, verdad y justicia en Chile, reflejo de la lucha por las mismas consignas en Argentina. La analogía y las diferencias entre ambas dictaduras criminales y los cambios ideológicos y sociales con el presente son establecidas en el propio guión de forma sutil pero categórica en algunos diálogos importantes que deconstruyen la ideología de las clases altas en Chile.
Con excelentes actuaciones Los Perros (2017) relata un drama social, amoroso y ético en el que la protagonista debe procesar la falta de arrepentimiento, la soberbia y toda la carga ideológica de los genocidas y sus cómplices con los que creció y convivió. Said crea de esta manera un texto cargado de gestos y miradas con diálogos parcos que provocan para empujar a los personajes hacía los límites de sus argumentaciones y a ese lugar de la memoria donde habita el recuerdo de las víctimas.
La película de Marcela Said también se destaca por su emotiva fotografía a cargo de Georges Lechaptois, que apuntala el enfoque de confrontación intima propuesto por el guión. Los Perros indaga así sobre los cambios de una clase social que se debe enfrentar con su pasado para condenarlo, exorcizarlo o defenderlo, y la directora pone estas fuerzas en juego para exponer las alternativas y el contexto en el que la lucha por el respeto de los derechos humanos y la búsqueda de la memoria, la verdad y la justicia discurren en Chile.