Sobre el sueño de llegar a ser “cracks”
Se llama "Los pibes". Pudo llamarse "Los captadores". Se trata de los chicos que sueñan con jugar profesionalmente al fútbol, y de los viejos jugadores que ahora se dedican a observar y probar posibles talentos, en La Candela o en los lugares más perdidos del país.
Los pibes son incontables, todos llenos de ilusión, de miedo y de ganas. Sus padres son metidos, a veces agresivos. Hay empleados más que pacientes, pero más firmes que los padres, controlando las puertas. Y los viejos son expertos, graciosos, paternales.
A ellos les había dedicado unas cápsulas televisivas el documentalista Jorge Leandro Colás, el de "Parador Retiro" y "Gricel", sobre la mujer que inspiró el tango de Mores y Contursi. Y ahora dedicó un año entero a seguir las actividades cotidianas de La Candela, donde se deciden las inferiores de Boca, y las recorridas de los cazatalentos por clubes de barrio y potreros perdidos de todas partes. Ahí están Norberto Madurga, el Mono Perotti, Ernesto Mastrangelo, todavía recordados, y Horacio García, Diego Mazzilli, y especialmente Ramón Maddoni, el descubridor de Riquelme, Gago, Sorín, Cambiasso y Tevez. La cámara los registra mirando picaditos, armando reuniones, intercambiando observaciones, aconsejando a padres y jugadores, riéndose entre ellos cuando recuerdan alguna picardía. Registra también las picardías de los chicos.
Documental de observación, no explica nada. Todo queda explicado en los bordes de la cancha. Como la anécdota de aquel maleta pero buen observador que terminó trabajando de relator deportivo. O la advertencia que un experto le hace a uno de los chicos: "muchas veces, tu éxito es el fracaso de tu amigo". Fuerte, pero verdadero.