Skipper, Kowalski, Rico y Cabo lucharon siempre por ser los ladrones de escenas en la saga Madagascar al lado de otro gran personaje secundario, el Rey Julien, que acaba de recibir su propia serie en Netflix. El miedo recurrente de que estos robaescenas expandan su acotada participación a un largometraje y zozobren al no poder mantener el nivel de entretenimiento durante hora y media es aceptable, pero lejos de cumplirse esa profecía, The Penguins of Madagascar es una agraciada aventura particular de estos adorables pingüinos.
Comenzando con un pequeño prólogo para conocer al cuarteto antes de que lo fuese, y saltando diez años para situar la acción justo después del final de Madagascar 3: Europe's Most Wanted, la trama se enfoca en un aire muy bondiano: un villano aparece de la nada y amenaza con atacar a toda la raza de los personajes. En el medio se hace presente un comando especializado en la protección de diferentes especies animales. Juntos, los pingüinos y dicha fuerza, intentarán dejar sus diferencias de lado para salvar a todos los animales al final del día.
Algo que me percaté mientras miraba la película es que casi nada tiene sentido en el mundo donde ocurre la acción y eso está perfecto. El particular sentido del humor que se maneja en el film es una cruza entre infantil y un par de matices adultos bien ocultos pero nunca los suficientes, lo que genera que la aventura entretenga mucho más a los menores de edad que al conjunto familiar adulto al completo. La escasez de humor de doble sentido es lo que separa a Los Pingüinos de Madagascar de ser una genial película a conformarse con ser una entretenida comedia animada. Los directores Eric Darnell -las tres Madagascar- y Simon J. Smith tienen en sus manos varias secuencias de persecución a toda velocidad llenas de colorido e inventiva, lo cual alivianan mucho el curso de la trama.
Como suele suceder en estos casos, la pérdida de las voces originales en pos de un doblaje latino neutro es siempre motivo para lamentarse. Voces geniales como el talento británico de Benedict Cumberbatch y los geniales John Malkovich y Peter Stormare quedarán para saborear en la versión original cuando llegue al mercado del DVD, pero tampoco es la muerte de nadie el sólido trabajo latinoamericano, que incorpora voces de comediantes locales para sus personajes secundarios, como el inmortal Edgar Vivar o la celebridad argentina Jey Mammon entre los más destacados.
Frenética a más no poder y con entrañables personajes como protagonistas, The Penguins of Madagascar sobrevive a la maldición de los spin-offs gracias a una actitud bonita y gordita.