Los chicos aman a los animales y, por eso, siempre hay películas de ellos. Esta vez nos tocan 6 pingüinos y un Jim Carrey que cumple y dignifica. (Y tampoco es para tanto)
Mark Waters es un director que nos tiene acostumbrado a sus filmes focalizados al público infanto-adolescente, que resultan efectivos más allá de ser solo entretenimiento con moralejas flojas que se perciben en el primer fotograma.
A pesar de esto, “Los pingüinos de papá” es funcional. Una cinta que divierte por momentos y que sin dudas, para los niños será muy agradable. Basada en el libro infantil de igual nombre (Su título original es “Mr. Popper’s Penguins”) por Richard y Florence Atwater en 1938, es ésta su primera adaptación al cine por parte de los guionistas Sean Anders, John Morris y Jared Stern.
Tom Popper (Jim Carrey) es un empresario exitoso que va por su vida comprando propiedades y convenciendo a quienes dudan de hacerlo (Una especie de Richard Gere en Mujer bonita). En su niñez, su padre explorador rara vez estaba en casa y se crió esperando que él viniera a verlo. Ahora de grande, dedica más tiempo a su trabajo que a sus dos magníficos hijos. Pero todo cambiará el día que recibe como herencia de su padre: seis pingüinos. Sus hijos y su ex/mujer (Carla Cugino) quedan encantados con ellos en el preciso momento en que Popper manifiesta que son su regalo de cumpleaños para Billy, su hijo menor.
El resto ya se lo imaginarán, porque nada es sorprendente en este filme. A pesar de ello, hay algunos puntos a rescatar: Jim Carrey cumple perfecto su papel, sin extravagancias ni exageraciones. Lo que se dice punto justo. Luego, los pingüinos (Ruidosa, Amoroso, Mordelona, Toribio, Capitán y Apestoso) son adorables como personajes, ya que lograron de buena manera humanizarlos, permitiendo que la historia sea más emotiva y que los espectadores generen cierta simpatía con ellos. Claro, ¿quién no simpatiza con uno? Ya se ha demostrado que son protagonistas por excelencia y que tiene un don especial para encantar al mundo. Mucha gente no hubiese visto “La marche de l’empereur “ (a la que el propio Carrey hace referencia en el filme), o los pingüinos de “Madagascar” que terminaron siendo un furor, o “Surf’s Up” con toda la onda del surf.
Una de las curiosidades de esta película tiene que ver cómo se realizaron las escenas con los animales. Pues bien, algunas fueron rodadas con animales reales en set refrigerados y otras, fueron llevadas a cabo por el equipo de animación de Rhythm & Hues Studios, lo que permitió que el producto final sea muy bueno.
Más allá de no ser nada fuera del otro mundo, es un filme que cumple. Y que los chicos en estas vacaciones de invierno seguro van a disfrutar. Ni una de cal ni una de arena, un poco de ambas podría decir.