La primera película de los Pitufos fue horrenda y falló miserablemente en capturar el espíritu de una las más grandes series animadas de los años ´80, además de un clásico memorable del cómic.
Sin embargo, es imposible negar que el film pegó muchísimo en los chicos que no conocían los personajes por una cuestión generacional y por eso este año llegó la secuela.
En honor a la verdad la continuación es una propuesta más decente que la primera entrega, donde el director Raja Gosnell corrigió varios aspectos que se le objetaron al film del 2011.
No es una de las producciones memorables del año pero me parece que cuenta con más cualidades que el film anterior.
En principio en esta película los Pitufos tienen muchísimo más protagonismo mientras que los actores humanos, con excepción de Hank Azaria que la vuelve a romper como Gargamel, quedaron relegados a un segundo plano.
Una cuestión que Michael Bay después de tres películas todavía no terminó de entender en Transformers.
De hecho, la participación del personaje de Neil Patrick Harris y su familia esta vez es parte de una subtrama.
Un aspecto que mejoraron notablemente es que el film tiene más escenas con los Pitufos interactuando entre ellos como ocurría en la serie de televisión y los personajes animados no estuvieron tan pendiente de los humanos.
Es decir, el nucleo central del conflicto tiene que ver con la relación de Pitufina y su integración en la comunidad de los duendes.
Eso estuvo bueno porque le dio más identidad a la película.
La anterior era una copia burda de Alvin y las ardillas y esta continuación presenta una historia más cercana a los que eran las aventuras de los Pitufos en la televisión.
El trabajo que hicieron con la animación es brillante y en más de una escena te olvidas que los enanos azules son productos de efectos digitales. Está muy bien lograda también la interacción entre los personajes animados y los humanos que a veces se ve muy artificial como ocurrió en Garfield.
Hank Azaria, que es un tremendo actor, encontró en Gargamel un rol con el que pudo destacarse en el cine después de mucho tiempo y capturó muy bien la esencia de lo que era el villano de esta propuesta.
Otro tema que me sorprendió es que si bien hay varios chivos publicitarios esta vez no llegaron al nivel de obscenidad que tuvo la primera película donde era descarado lo que hicieron con esta cuestión en un par de escenas.
A nivel visual los primeros cinco minutos son espectaculares y se destacan más todavía en 3D que estuvo muy bien aplicado.
No es una condición excluyente para disfrutar del film pero el formato por lo menos sobresale en algunas escenas.
No puedo dejar de mencionar la participación de un actorazo como Brendan Gleeson (Corazón valiente) que rema con mucho profesionalismo un personaje que si se eliminaba del guión no afectaba al film.
Los chicos que disfrutaron la primera seguramente se van a enganchar más con esta continuación que resultó un poco mejor que la película anterior.