Los curiosos personajes creados por el belga Peyo, mezcla de duendes y enanitos de otra dimensión –ya no verdes sino azules-, que pasaron de una antigua historieta a la TV y hasta tuvieron su propio largometraje, llegan ahora remozados en su versión 2011, digital, 3D y combinada con acción viva. Propuesta que resulta atrayente si la comparamos con aquella serie de animación de trazos básicos y recursos visuales y narrativos elementales, a cargo de la voraz usina de ciclos del género que fue la productora Hanna-Barbera. Pero claro que los admiradores de esas exitosas criaturas dibujitos de los años 80 quizás se sientan nostálgicos al verlas recicladas de manera hiperrealista y trasladadas desde su pequeña aldea a una urbe expansiva como Nueva York. Sea como fuere, el cambio es burbujeante, a través de una trama sencilla en la que el recordado Gargamel (eficaz Hank Azaria) persigue a los pulgarcitos hasta forzarlos a atravesar un portal mágico que los hace llegar a nuestro mundo, donde interactuarán con una pareja humana mientras el villano y su gato Azrael tratan de atraparlos. Las incidencias sólo son medianamente interesantes, aunque ágiles y de seguro impacto en los más pequeños. Técnicamente correcta y sin demasiados hallazgos, Los Pitufos funciona como una suerte de carta de presentación de inminentes secuelas.