Cuando el malvado hechicero Gargamel persigue a los Pitufos, estos se ven obligados a saltar fuera de su aldea mágica hacia nuestro mundo. Allí vivirán con una joven pareja de Nueva York, mientras buscan la forma de poder regresar a su tierra.
Un aspecto al que siempre se puede recurrir a propósito del estreno de alguna película infantil, tiene que ver con el público al que está orientada o el público que la puede ver y disfrutar. Los Pitufos es una de esas realizaciones férreamente acotadas a una audiencia determinada, tanto que acaban por impedir que una persona que supere esa edad, aunque sea por algunos años, sea capaz de encontrarla disfrutable.
Las culpas respecto a esta cuestión estarán repartidas. Probablemente mucho se deba a su director, Raja Gosnell, que con esta acumula 8 películas en su haber pero ninguna que se destaque. Un realizador acostumbrado al público más bajito, al que seguramente se le asignó este proyecto porque en los últimos años llevó a la gran pantalla otro dibujo animado, Scooby-Doo, en dos trabajos pobres aunque exitosos en lo que a taquilla se refiere. No era mucho tampoco lo que podía hacer, si se parte de la base de un guión demasiado infantil y predecible, solemne en sus diálogos sin chispa y con guiños poco efectivos a un público adulto (la presencia de Tim Gunn, Joan Rivers o Tom Colicchio entre otros no creo que tenga mucha relevancia por estos lados).
Si todo lo demás falla, los actores deberían poder hacer algo para que la película no se hunda, pero el mal manejo por parte de un director que no supo aprovechar los recursos a su disposición acaban por disolver esta posibilidad. Por un lado se busca repetir un efecto ya gastado con Jaima Mays y Sofia Vergara, las dos protagonistas femeninas, quienes parecen en continuidad con todos los roles que interpretaron en su carrera. Por el otro se malgasta totalmente la participación masculina de dos grandes actores como son Hank Azaria y Neil Patrick Harris. El primero limitado a una postura maniquea de supervillano torpe que no entiende los códigos de convivencia del mundo desconocido. El segundo amordazado en un papel totalmente pasivo, por motivos obvios sin el desenfreno de NPH de Harold y Kumar o del legendario Barney Stinson de How I met your mother, pero ni siquiera con el toque humorístico de su Doogie Howser de 16 años.
Algunas secuencias, la de la juguetería principalmente, son manejadas con cierta gracia y ofrecen algo que valorar de una película que no pone mucho empeño en dar algo de entretenimiento a los padres que llevan a sus hijos al cine. De Los Pitufos se desprenden así dos conclusiones: la primera es que aún frente a todo lo señalado cabía la posibilidad de obtener un producto peor, lo cual no significa que esta haya sido buena. La segunda es la mala coordinación, teniendo dos semanas de vacaciones de invierno la estrenaron cuando los chicos volvieron a clase.