Las publicaciones prohibidas exponen mucho más que los datos, reglamentaciones, análisis, relatos vertidos en sus páginas. Cuando se las rehabilita, permiten contar historias de censura, describir a aquéllos que pergeñaron el ocultamiento o destrucción de esas obras impresas, reconstruir el pasado por encima de su versión oficial.
En torno a una porción de literatura condenada gira Los prohibidos de Andrea Schellemberg. El documental se titula como la muestra que la Biblioteca del Congreso de la Nación ofreció entre 2014 y 2016, y que invitaba a descubrir los libros que los gobiernos inconstitucionales de la Argentina escondieron justo en ese lugar.
La realizadora convierte a la coordinadora de aquella exposición en protagonista del largometraje. Silvana Castro asume entonces el rol de conductora de una investigación periodística que relaciona las suertes que corrieron las publicaciones en cuestión, la muestra derivada y luego cancelada, los trabajadores de la Biblioteca –y los trabajadores en general– tras la asunción presidencial de Mauricio Macri, el 10 de diciembre de 2015.
Además de interactuar con los visitantes de la muestra, Castro asiste a reuniones, charlas, sesiones legislativas; participa de marchas; mira noticieros de televisión; lee (otros) libros. Por otra parte, la cámara la acompaña mientras conversa con colegas, con investigadores, con manifestantes, con el histórico dirigente peronista Lorenzo Pepe, con la entonces diputada –ahora ministra de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires– Teresa García.
Schellemberg encuentra en la vida de la protagonista hitos que estrechan la relación con las publicaciones censuradas y rescatadas: padre empleado de la papelera Ledesma; adolescencia truncada por la detención ilegal y el silenciamiento de esa experiencia durante la dictadura de 1976; desempeño laboral en el lugar que Macri descalificó públicamente cuando presentó su agenda de reformas del Estado en octubre de 2017.
La película comienza con aquel discurso en el entonces apocopado CCK y, a medida que avanza, contrasta el discurso oficialista (también en boca del ministro de Comunicaciones Oscar Aguad y del diputado Alfredo Olmedo) con las observaciones y reflexiones de Castro y demás trabajadores de la BCN. En este punto corresponde destacar la calidad de sonido directo: Alejandra Casal, Carlos Torres, Agustín Pereyra, Gino Gelsi registran con absoluta nitidez las palabras casi susurradas por los empleados de la Biblioteca y por quienes la frecuentan con fines académicos.
La compaginación de ese audio con planos de publicaciones tratadas con delicadeza, en ocasiones por manos enguantadas, ilustra un amor resistente, reparador, perenne. Acaso en honor a ese sentimiento, Schellemberg incluye el fragmento de un mini-recital de Rodolfo Mederos donde el bandoneonista ejecuta el tango Volver.
En palabras de Alfredo Le Pera y Carlos Gardel, Los prohibidos también muestra que las nieves del tiempo platearon los cabellos de Susana. El registro sugiere que a veces es legítimo temerle a ese pasado que regresa con el propósito de enfrentarnos y, si pudiera, de ganarnos alguna batalla.