Natalia y Daniel transitan su vida en una sociedad donde nadie los mira o pocos los quieren ver. Una sociedad que no conoce sus deseos y necesidades. En la intimidad cotidiana nos muestran cómo perciben el mundo, y cuáles son sus sueños. La ceguera nunca fue un impedimento para ellos. De repente, un imprevisto cambiará todo, imponiéndose y obstaculizando lo que la ceguera no pudo.