Esta es una pequeña obra fuera de serie. Al comienzo parece un simple documental “de observación”, centrado en la pista de skate del Parque de los Reyes, en el Barrio Mapocho de Santiago de Chile. Pero los protagonistas no son los skaters sino un perro medio lobuno y una labradora, grandotes y negros, que viven allí como si fueran los dueños, o los reyes, o tal vez dos linyeras de esos que duermen en las plazas. Los vemos hacer su vida, nos divierten, les vamos tomando cariño. Cada tanto se escuchan las conversaciones imbéciles de los adolescentes que van ahí a drogarse. Uno preferiría oír a los empleados municipales que hicieron unas casillas para los perros. Pero de a poco, a través de esas charlas pareciera que dos mocosos empiezan a madurar. Mientras, el lobuno empieza a envejecer. Los últimos minutos, casi a pura imagen, son de una emoción intransferible. Es el paso de la vida, lo que estamos viendo. Quizá sea ésta la película más sentida del matrimonio Perut-Osnovikoff. Coproductora, la notable Maite Alberdi (“La once”, “Los niños”). Cámara, Pablo Valdés. Montaje: Bettina Perut.