Se estrena el miércoles 6 de mayo en las plataformas iTunes y Google Play. Alquiler por USD 3,94
Después de toda la rosca que tuvo Parasite sin lugar a dudas Los rostros del Diablo convoca al público. Entre el cielo y la tierra los cuerpos y las palabras se transforman en depósitos, dóciles cuencos donde la oscuridad y la luz batallan desde tiempos inmemoriales.
Esta se presenta y consolida como una película de exorcismos más, respetando rígidamente los estereotipos y cierta cadencia tan deudora de la norteamericana del ’73. Por eso resulta interesante constrastar temáticamente: ¿Qué imagen y semejanza construyen los surcoreanos sobre esta épica antigua? Recordando la muy recomendable En presencia del Diablo de Na Hong-jin, la metamorfosis es, en efecto, otro recurso para efectivizar la presencia demoniaca, una cualidad que se encuentra muy enraizada en el folclore oriental más antiguo.
En cierto sentido la “cascara” del género, con toda su perorata cristiana esotérica, en esta ocasión funciona como escenario para un par de sobresaltos y mucha tensión familiar. Esa tensión de extrañeza mortal que se viene dando en cuarentena en más de un hogar. Por suerte el sacerdote hará su segunda presencia para concluir lo que se consolida como una historia circular. El sacrificio, como ritual exorcizante, nuevamente mostrará que el lado oriental es el sustrato vital y el resto responde solamente a una cuestión de género
LOS ROSTROS DEL DIABLO
Byeonshin. Corea del Sur, 2019.
Dirección y guion: Kim Hong-seon, Interpretes: Bae Seong-woo, Sung Dong-il, Jang Yeongnam, Hye-Jun Kim, Yi-Hyun Cho y Kim Kang-Hoon, Duración: 113 minutos.