La construcción de un mafioso.
Los santos de la mafia, de Alan Taylor, precuela de la legendaria serie Los Soprano, que llega hoy a los cines y en pocas semanas al streaming por HBO Max, funciona como un oportuno regreso a los orígenes de Tony Soprano, el mafioso ítalo-norteamericano al frente de un clan que hizo historia en la pantalla de la TV cable entre 1999 y 2007.
Como toda precuela, Los santos de la mafia se centra en los aspectos poco conocidos de los personajes y la historia original, y así vemos a un púber Tony Soprano (interpretado por Michael Gandolfini, hijo de James Gandolfini, quien encarnara al gánster en las seis temporadas televisivas) inmerso en los violentos hechos policiales y políticos del “largo y cálido verano” de 1967 en Newark, la zona de Nueva Jersey donde, con el devenir de los años, se movería con soltura como líder de una peculiar banda mafiosa.
La elección de Michael Gandolfini para interpretar al joven Soprano no es caprichosa: más allá del parecido físico, el actor demuestra cualidades interpretativas que van más allá de los requisitos mínimos para una recreación creíble de un adolescente sorprendido, en elplano sociopolítico, por los movimientos por los derechos civiles, y en lo personal por un conflicto interno en el seno familiar, además del enfrentamiento (nuevamente, la etnicidad al frente) con los líderes negros de los bajos fondos, ya hartos de rendir pleitesía a los mafiosos ítalo-norteamericanos .
Atrapado en estos tumultuosos años de cambio se encuentra el tío que Tony Soprano idolatra, Dickie Moltisanti. Acostumbrado a resolver sus problemas personales y de negocios de manera drástica, Moltisanti lucha para administrar sus responsabilidades, y su influencia sobre su sobrino ayudará a convertir al impresionable y vulnerable adolescente en todopoderoso jefe mafioso.
Con una realización deslumbrante en todos los aspectos técnicos (magnífica reconstrucción de época y excelente fotografía, y una cautivante banda sonora que incluye a Sinatra y a los Rolling Stones), Los santos de la mafia, más allá de alguna debilidad en el desarrollo narrativo, presenta una trama fascinante, hiper violenta y con muchísimo humor negro, es un producto cautivante, prolijo que deja a los espectadores con ganas de una segunda vuelta. Lo cual nos plantea el dilema de volver a la serie televisiva para revivir momentos inolvidables de la saga, o si esperar, como bien podría ser el caso, un nuevo capítulo sobre la gestación de Tony Soprano.