El apocalipsis sin contexto.
Un pequeño grupo de sobrevivientes de una guerra desconocida se encuentra atrapado en un mundo post-apocalíptico donde el único modo de escapar es cruzando un río. Cada personaje deberá luchar contra sus propios temores para poder liberarse de un mundo lleno de simbolismo y alegorías.
Técnicamente es excelente. Visualmente es muy atractiva, la labor del director de fotografía es ejemplar, sus encuadres e iluminación rozan la perfección. La tarea de , director de arte, también es muy buena, pero por momentos (sobre todo los interiores) parece un poco descuidada o poco pulida. Por último, el sonido cumple un rol de una emocionalidad muy potente.
¿Cuál es el principal inconveniente? El guión. Es inconsistente. Los múltiples escritores que a su vez son los principales actores armaron las escenas según sus capacidades y fortalezas. De esa manera se olvidaron que la historia viene primero. Sus personajes por momento son inverosímiles y algunos diálogos resultan muy desconcertantes.
Las escenas se alargan tanto que parece que su único objetivo sea cumplir con los 90 minutos de película. Simplemente piensen en la escena final donde el personaje de Emir Seguel, el mudo, pudo darle a la escena una carga dramática que justificara su inacción a lo largo de la película. Pero la lentitud en la resolución disuelve la emoción y la vuelve tediosa.