Fue hace más de tres años cuando escuché por primera vez que los Hermanos Bobby y Peter Farrelly (responsables de títulos exitosos como "Tonto y retonto", "Loco por Mary" y otros no tanto), tenían en mente llevar a la pantalla grande a la legendaria serie televisiva "The three stooges". Desde entonces, muchos nombres fueron los que se barajaron para interpretar al trío protagónico. Desde Johnny Depp, Sean Penn, Jim Carrey, Benicio Del Toro y hasta Paul Giamatti. De los potenciales, no quedó nadie y se terminó optando por tres actores casi desconocidos en el cine, pero con amplia trayectoria en series de tv.
Así encontramos a Sean Hayes (Will & Grace) en el rol de Larry, a Will Sasso (MadTV, $#*! My dad says) en el de Curly y a Chris Diamantopoulos (Nip Tuck, CSI, 24) interpretando a Moe.
En cuanto al film, más que decir si es bueno o no, creo que es innecesario. Se nota tanto la pasión y el fanatismo que los Farrelly le tienen a estos personajes, que optaron por hacer una adaptación liviana, ingenua, demasiado fiel para mi gusto, sin agregarle casi nada de ese sello particular que distingue a sus films y contar una única historia dividida en tres capítulos de 25 minutos, cada uno con su presentación, tal cual era la serie.
En el primer y mejor de los episodios "Más Huérfano que nunca" asistimos a la presentación de los personajes, desde que siendo tres tiernos bebés, son abandonados en la puerta de un orfanato. 35 años después, ya que nadie los ha querido adoptar, siguen ahí. La llegada del reverendo, trae la noticia del inminente cierre del lugar, a menos que se salde una deuda de U$S 830.000 (que más tarde nos enteraremos de donde proviene). Dispuestos a evitarlo, estos tres amigos que nunca han tenido contacto con el mundo exterior, parten con la promesa de regresar con dicha suma.
Es en el episodio dos "La separación de las Bananas" cuando, con la aparición de algunas subtramas y personajes que están de mas, el film comienza a tambalear y se termina por caer del todo en el capítulo final "Moe ya no es el Sr Amable".
Los actores tienen un enorme desafío por delante y se puede decir que logran superarlo. El problema está en que los directores (también responsables del guión) abusan demasiado del humor físico, de los efectos de sonido en los golpes, cachetadas, tiradas de pelo, el clásico piquete de ojos, etc, y si bien así era la serie, terminamos asistiendo más a un homenaje, en color y época actual, que a una adaptación de la exitosa comedia.
Con buenos secundarios que incluye a Jane Lynch, Sofía Vergara, Jeniffer Hudson (sorprendentemente flaca) y el genial Larry David, el film que se estrena solo en copias dobladas al castellano, resulta entretenido para los más chicos y algo tedioso para los adultos. Tan naive se volvieron en este caso los Farrelly, que hasta incluyeron al finalizar el film algunos consejos para los niños sobre lo que "NO" se debe hacer en casa. Si la van a ver al cine, no se pierdan el cuadro musical en los créditos finales, tal vez, lo mejor de un film que tranquilamente se podría pasar por alto y esperar a que llegue en dvd.