Reseña parcial de medio tiempo.
Esta nueva adaptación de Los tres mosqueteros ofrece una ambiciosa película de cuatro horas de duración que se dividió en dos entregas para su estreno comercial en las salas de cine.
Por el momento sólo tenemos acceso a la primera mitad de la obra del director Martin Bourboulon (Eiffell) ya que la conclusión recién se conocerá a fin de año.
Es raro reseñar una película de este modo porque te cortan la trama como si fuera el final de temporada de una serie y no se la puede analizar de un modo integral.
En lo personal el espectáculo que se presentó en esta entrega me pareció más decepcionante que prometedor.
Si buscás ver una gran propuesta de aventuras y en especial un exponente del subgénero de capa y espada esta película no es para vos.
La particularidad de esta adaptación de la obra de Alexandre Dumas es que se enfoca más en el drama histórico y los conflictos políticos-religiosos que atravesaba Francia en el siglo 17.
De hecho, el film se podría haber titulado Las tribulaciones sentimentales de Ana de Austria y encajaba perfecto, ya que en esta primera mitad del relato los conflictos del Rey con su esposa tienen más peso que los mosqueteros.
Apoyado en un diseño de producción impactante, el relato de Bourbolon evoca cierta estética del cine de Ridley Scott con una puesta en escena oscura donde los protagonistas se presentan sucios y miserables.
La trama sigue la premisa central de la obra de Dumas pero también aporta nuevas subtramas y elementos “modernos” que ayudan a combatir la familiaridad del relato.
No todas las ideas son buenas dentro del fan fiction que proponen los guionistas.
La decisión que Porthos ahora sea bisexual es una tontería forzada que no le aporta nada al conflicto y parece un guiño destinado a la platea hipster que se ofenden enseguida si no encuentran alguna representación de ese tipo.
El relato del director por momentos se vuelve algo aburrido y cuenta con dos inconvenientes notables.
A lo largo de 120 minutos nunca llega a consolidar el equipo y la camaradería que conformaba D´Artagnan con los mosqueteros quienes tienen una interacción grupal muy limitada.
De todas las adaptaciones que vimos en los últimos años esta es la formación con menos química que se registró hasta la fecha en el cine y la televisión.
Vicent Cassel hasta parece aburrido en su insípida interpretación de Athos.
Por su parte Eva Green, lo mejor de esta producción, presenta una encarnación más cínica y cruel de Milady que es interesante pero lamentablemente cuenta con muy pocas escenas para disfrutar esta versión del personaje.
Con respecto a la acción necesito hacer una catarsis personal.
Como ex esgrimista federado las secuencias de combate con las espadas las viví como una picana a los ojos.
El hecho que una película concebida y realizada en la madre patria de la esgrima de elite presente a los mosqueteros como ancestros de John Wick es una aberración.
Queda la sensación que los actores no tuvieron ningún tipo de preparación previa y el director dejó que improvisaran esos momentos a su antojo.
Los mosqueteros contaban con una formación de esgrima extraordinaria y no cualquiera podía ser parte de esa unidad militar.
Retratarlos como una banda de vikingos sacados es cualquier cosa.
Al margen de ese detalle las coreografías de los duelos son muy pobres y confusas y la película se excede también con el uso de armas de fuego que le quita todo el atractivo a la propuesta.
Francois Civil es por lejos el peor D´Artagnan que vi en el cine y no tiene la mínima noción de cómo empuñar una espada. Hasta Logan Lerman hizo un trabajo más decente con el mismo rol en la versión lisérgíca de Paul W.Anderson estrenada en el 2011.
No se trata que los artistas sean esgrimistas olímpicos sino que cuenten con un coach que les permita sobresalir en sus personajes de un modo atractivo, como lo hicieron en un pasado reciente Chris O´Donnel, Antonio Banderas o Viggo Mortensen en Capitán Alatriste.
La serie de la BBC con estos personajes que se estrenó hace unos años supera claramente a este film que trabaja muy bien los aspectos políticos de la obra de Dumas pero relega el género de aventuras a un plano muy secundario.
Veremos si remonta en la segunda mitad con una mayor integración grupal de los protagonistas y más escenas de Eva Green.