Espadachines en las alturas
El clásico de aventuras de Alejandro Dumas, visitado por el cine en varias oportunidades, regresa con toques fantásticos y de la mano del cineasta Paul W.S. Anderson.
El joven y arrogante D'Artagnan (Logan Lerman), entrenado para la lucha, se une a tres veteranos mosqueteros en este film que hace gala del espíritu de las viejas pelìculas de capa y espada (casi en desuso) y agrega un tono burlón sobre las ambiciones (y extravagancias) del poder en la corte del Rey Luis.
Los protagonistas Athos, Aramis y Porthos enfrentan la conspiración del oscuro Cardenal Richelieu (Christoph Waltz, nunca en un personaje de bueno) y su doble espia Milady (Milla Jovovich, otra vez bajo las órdenes de su esposo, el creador de Resident Evil), quienes venden los diseños de una aeronave desarrollada por Da Vinci al inglés Buckingham (el verdadero villano del film, Orlando Bloom). El trío deberá recuperar, como si fuera poco, un valioso collar de diamantes que se encuentra en la impenetrable Torre de Londres y evita el caos.
Los Tres Mosqueteros acierta en el ritmo (con sus enfrentamientos y peleas) y en el diseño de los personajes (el extravagante y amanerado rey). El resto incluye adrenalina; referencias a Indiana Jones cuando los personajes ingresan a la bóveda e imprime una estética renovadora con elementos anacrónicos para productos de este estilo: ralentado de imágenes; mecanismos propios de un film de Bond y embarcaciones que surcan los cielos y parecen salidas de un film de piratas.
Las cadenas de mando, el compañerismo del grupo, las traiciones, las historias de amores imposibles y el escalafón de secuaces (uno con el ojo tapado) son incesantes y se ven además beneficiados por el uso del 3D, sobre todo en el desenlace. "Todos para uno y Uno para todos" deja abierta la puerta para la nueva aventura...