Los Tres Mosqueteros es por lejos uno de los clásicos de la literatura que mayor cantidad de adaptaciones tuvo en el cine y la televisión.
Para buscar los primeros antecedentes de esta genial historia de Alejandro Dumas tendríamos que remontarnos a los comienzos del cine, a principios del siglo 20, cuando aparecieron varias producciones mudas con estos personajes.
Se estima que la primera película es de 1903.
Desde entonces se hicieron muchísimas producciones, inclusive desde la animación.
Hace poco, sin ir más lejos, se editó en dvd un film para niñas que adapta esta historia con Barbie.
Los mosqueteros son inmortales en el cine y cada tanto reaparecen en la cartelera.
Esta nueva versión que llega esta semana, para bien o para mal, presenta una visión de este clásico totalmente distinta a todo lo que se hizo en el pasado.
El director de Resident Evil, Paul W. S Anderson abordó este relato como si los mosqueteros en lugar de haber sido creado por Dumas hubieran surgido de un cómic disparatado de Frank Miller.
Desde la primera escena el director deja en claro este tema con la bizarra presentación que hace de Athos y Milady, interpretada por Milla Jovovich, quien directamente parece salida de Sin City.
Para los puristas de Dumas esto seguramente resultará un espanto, pero en este caso en particular, esta visión lisérgica que ofrece Anderson es lo que hace divertido a esta propuesta que fue trabajada muchísimas veces en la pantalla grande.
Hay que recordar que Los Tres Mosqueteros son un ícono absoluto del cine pochoclero hollywoondense.
Las versiones con Douglas Fairbanks de 1921 y la que se hizo después en 1948 con Gene Kelly y Lana Turner brindaron algunas de las mejores secuencias de acción en la historia del cine. Especialmente en lo que se refiere a los combates de esgrima.
Es imposible superar esas obras y creo que a la larga si no se juegan con estos cambios locos, como los que propuso el director Anderson, a esta altura la propuesta pierde la gracia, porque terminan haciendo siempre la misma película.
La mejor virtud de este film es el casting de Logan Leman (Percy Jackson) como D ´Artagnan.
Este pibe capturó a la perfección con su trabajo el espíritu impulsivo y arrogante del espadachín de Dumas como no lo vi en ninguna otra versión. Realmente hizo un gran trabajo y se destaca muy bien en las secuencias de acción.
Un problema que siempre tuvieron todos los actores que interpretaron a D´Artagnan como Douglas Fairbanks, Gene Nelly, Michael York o Chris O´Donnel es que por lo general no eran mucho más jóvenes que quienes encarnaban a Athos, Porthos y Aramis.
En esta película, en cambio, hay una profunda diferencia entre las edades que tiene D ´Artagnan con los mosqueteros y en consecuencia, la dinámica de las relaciones entre los personajes, es mucho más fiel a lo que plateó Dumas en su novela que todas las versiones que se estrenaron en el pasado.
Esto es loquísimo porque este film, salvando este tema, no tiene nada que ver con la obra literaria, ya que es un divague total, pero no deja de ser interesante que en este punto si fueron bastante fieles al libro.
Las secuencias de combate de espadas estuvieron muy bien elaboradas y las batallas de barco aéreas son un delirio magnífico que se destacan hacia el final.
Para variar, esto es un tema que el director lleva en la sangre y no puede evitar, el film deja la puerta abierta, al mejor estilo Resident Evil, para una secuela que el tiempo dirá si llega a concretarse.
Lo cierto es que más allá del delirio argumental que plantea la trama esta producción es un producto ameno y bien realizado desde la parte técnica que brinda un buen entretenimiento.