Cosecharás tu siembra
No soy un fan de la filmografía de Alex Van Warmerdam (al menos de las 3 o 4 películas suyas que vi), pero hay que reconocerle a este guionista, músico, actor y director holandés una coherencia (a esta altura casi una obsesión) en su retrato de las miserias, frustraciones y perversiones de la burguesía de su país.
En este caso -en una extraña combinación entre los excesos del Dogma 95 de los Vinterberg y los Von Trier, una mirada a la lucha de clases propia de un Pasolini y la tragicomedia absurda de un Buñuel-, el realizador de Ariel, Ménage à trois y Grimm describe las relaciones de domino y poder en el seno de una mansión (única locación, junto a un lago y los bosques adyacentes de todo el relato). Allí, la despótica dueña de casa, que sufre una enfermedad terminal, vive maltratando (abusando) a su antojo al mayordomo y a su bella hija (la mucama), a la cocinera, al jardinero y hasta al perro. Todos cumplen con sus caprichos a la espera de que muera y puedan sacar una tajada.
El film tiene unos cuantos pasajes inquietantes, algunos chispazos de humor (negrísimo), toques eróticos y cierta intolerable crueldad, todas marcas del cine de Van Warmerdam. No se trata, es cierto, de una gran película (hay algo previsible en la intriga y en su resolución), pero siempre es interesante volver a sumergirse en al universo pesimista y provocador de este director holandés que, ya sea con estrenos comerciales o con presentaciones en festivales, sigue estando presente en las pantallas argentinas.