Dos vagos (uno de ellos casado y con dos hijos). Dos oficiales de policía (uno con pocas pulgas y otro con la mujer del primero). Una plantación oculta. Un dinero oculto. Dineral. Dos suicidas. Dos policías (uno pavote y otro pachorra, según convenga). Hay más juegos binarios para esta coproducción entre dos países, con toques de costumbrismo y comedia negra, y varias vueltas de tuerca. No diremCerraros cuántas, pero la última es la mejor.
Autor, el uruguayo Gabriel Drak. Intérpretes, Juan Minujin, Adrián Navarro, Vanesa González por este lado, y Néstor Guzzini, Ricardo Couto y Ernesto Liotti por el otro, todos buenos. También buenos los chascarrillos, el ritmo pausado y los acordes musicales, tan incisivos como insidiosos, que compuso Gustavo Pomeranec. Puede advertirse un par de saltitos argumentales, pero no molestan.