Nos encontramos frente a un policial negro donde todo se desarrolla en un pueblo pequeño y como dice el dicho “pueblo chico infierno grande “y esta no es la excepción. Los personajes principales son dos amigos: Gordo (Néstor Guzzini) y Perro (Juan Minujín) casado con la Flaca (Vanesa González) con quien tiene dos hijos chicos.
Ellos son un par de perdedores, cultivan marihuana, cuidan un hotel vacío y se la rebuscan como pueden haciendo changas para algún turista que pase por el lugar, quien le brinda una ayuda es un policía corrupto de apellido Sosa (Adrián Navarro). Un día aparece un comisario Chassale (Ricardo Couto) nuevo en la zona, ya no podrán movilizarse con la misma libertad y además encontrarán algo muy especial que no estaba dentro de sus planes, porque tal vez todos tenemos una segunda oportunidad.
Van surgiendo una serie de enredos, momentos inverosímiles, es irónica, se van generando buenos climas, con pinceladas de western y humor negro, con buenas actuaciones, un film prolijo que entretiene con cierto toque a las películas de los hermanos Coen.