Esta es la ópera prima Nicolás Puenzo (“Wakolda”) quien tiene una gran trayectoria en fotografía. La historia gira en torno a una joven pareja que vive en un campo de refugiados durante la Guerra del Agua y mientras corporaciones extranjeras saquean el territorio. Esta pareja deben encontrar un mundo mejor para ellos y su futuro hijo que está por llegar.
La fotografía resulta brillante, bajo un paisaje hostil (Bolivia, el noroeste argentino y el norte chileno) en un futuro apocalíptico, uno de los temas que toca es la emergencia por la falta de agua en un llamado de atención por el mal uso de los recursos naturales. Muestra un lugar devastado y su desarrollo tiene un contenido de extrema actualidad.
Aquí Yaku (interpretada muy bien por la actriz y modelo peruana Juana Burga, en su debut cine cinematográfico y es una revelación) y Pedro (Peter Lanzani, esta brillante hasta adecuo su físico al personaje adelgazando varios kilos), tienen muy buena química, juegan con las miradas, lo gestual, corporal y los silencios.
Otro de los personajes es un villano interpretado por Alejandro Awada, un corresponsal de guerra Germán Palacios y una médica a cargo de Natalia Oreiro, entre otros.
El film va mezclando distintos elementos como western, thriller y algo de melodrama, te deja pensando a partir de varios mensajes.