Ser superhéroes no es una actividad tranquila. Implica un nivel de stress importante y más cuando se hace en equipo. Supongo que esa es la premisa del segundo capítulo de “Avengers” en el que ya pasó el momento de la conformación del grupo y ahora algunas empatías y modos de resolver los conflictos hacen ruido entre los Vengadores a la hora de enfrentarse a la difícil tarea de ser la policía mundial.
Sí, esta entrega hace foco en las cuestiones de unidad, en las diferencias entre quienes son “humanos” y quienes gozan de súper poderes y plantea como cuestión de fondo que incluso habiendo tenido nobles intenciones, algunos límites no deben cruzarse.
Ya sabemos que las historias personales de cada uno van haciendo su desarrollo (Iron Man, Captain America, Thor, más la serie Agents of Shield) y llega el momento de volver a la actividad. Recordemos que a Tony Stark (Robert Downey Jr), le preocupa mucho la idea de que la paz finalmente llegue al planeta para así retirarse a vivir una vida tranquila de una buena vez (no lo culpamos, bastantes problemas ha tenido en las tres entregas de su saga).
Cuando los Vengadores arrasan un laboratorio fortificado de Hydra y sus enemigos en Europa Central encontrarán el cetro de Loki, una especie de espada que tiene una gema de rareza única con la que se han hecho experimentos. Dentro de ese circo, hay dos mellizos (Pietro y Wanda, alias Quicksilver y Scarlet Witch) con habilidades especiales, criados bajo las normas de experimentos con humanos que comienzan a perfilarse como rivales difíciles de tratar.
La cuestión es que Stark junto a Banner decidirán acelerar la investigación sobre dicho artefacto, con la idea de crear un organismo capaz de traer, progreso y paz para la tierra de los hombres. Pero… algo sale realmente mal y se acuna nada menos que a Ultrón, un ser único cuya visión es pacificar al mundo, a través de una destrucción total.
Sin anticipar mucho más del argumento, hay que decir algunas cosas sobre como Joss Whedon pensó este film: se percibe aquí una clara intención de humanizar los conflictos y abrir este costado más empático al público que reclama una buena historia, más allá de la espectacularidad de los efectos especiales que ya conocemos.
Y ahí es donde toma la decisión de fortalecer los roles de carne y hueso (Black Widow, Hawkeye, la cara simple del doctor David Banner) en detrimento de los poderosos (Capitán América, Thor y Tony). Las subtramas que atraviesas las discusiones no siempre están bien logradas y en esa corriente, lucen más quienes mejores actúan, con gran espacio para el lucimiento de Scarlett Johansson, Jeremy Renner y Mark Ruffalo.
El villano (con la voz del genial James Spader) está correcto (aunque menos cínico de lo esperado) y el resto del cast (con muchos nombres importantes –otros conocidos como el regreso de Nick Fury y algunos roles que se desarrollarán más adelante en la fase 3 con todas las letras, creemos) no aporta mucho más que lo justo y necesario para que el film sea el tanque que todos esperaban.
“Avengers: age of Ultron” es un producto esperable, en el que se intenta ir más allá de la espectacularidad visual pero que no termina de ser redondo, aunque es entretenido y continúa la buena senda de todos los productos que Marvel viene trayendo al mercado. Whedon cumple en un film que está bien, aunque quizás no logre conmover al espectador neutral exigente que se acerque a ella.