Podemos afirmar que con “Era de Ultron” (USA, 2015) la saga de The Avengers del director Joss Whedon terminas por plasmar su idea completa y barroca sobre el Universo Marvel en una película completamente diferente a la entrega anterior pero mucho más “madura”.
Si en la primera película la acción y el trabajo en equipo eran los desencadenantes de una trama que luego iría mostrando los claroscuros de cada uno de los personajes, en esta oportunidad Whedon aprovecha para profundizar en la psicología de cada uno de los miembros del equipo y detenerse mucho màs en sus sentimientos y sentido de pertenencia al equipo que otra cosa.
Todo se desencadena “Era de Ultron” cuando un misterioso componente energético es intentado se ha robado por parte de Ultron, un misterioso enemigo (con la voz de James Spader) que basa su poderío a fuerza de energía robada. En una escena inicial el grupo desembarca en un misterioso país para desenmascarar a un equipo maligno que además “modifica” y “mejora” a seres humanos y que desea complicar las cosas al atacar el mundo.
Desde allí, ese puntapié inicial con trabajo y ataque en conjunto, todo se irá compaginando para que los vengadores terminen deseando algo más que acción y, la mayoría, cansados del stress que implica “salvar el mundo” irán corriendo las fichas del tablero hacia un lugar que les permita escaparse del equipo.
Es curioso ver cómo al grupo The Avengers se sumarán dos jóvenes mejorados, que si bien en un primer instante estarían puestos del lado contrario, con el correr de la película terminarán sumándose al grupo y entre todos intentarán detener al villano. Igualmente ese no será el motor del filme, todo lo contrario, el verdadero hilo conductor radicara en el futuro del grupo, un incierto porvenir en el que cada miembro debe analizar en profundidad si continua trabajando en el o si avanza en otro proyecto.
En “Era de Ultron” hay acción, mucha, también una deslumbrante parafernalia visual con imágenes impactantes de lucha y supervivencia (atentos a la escena de pelea final coreografiada hasta el mínimo detalle) pero el punto principal, al ser corrido, termina generando una larga abulia hasta la resolución y apertura de incógnita para la próxima entrega.
Porque, resumiendo, esta película parece la transición necesaria entre la entrega anterior y la próxima que vendrá. No es la primera vez que una historia de “relleno” llega a los cines para en realidad poder cumplir con la industria y los estudios (ávidos en recaudar y seguir generando sinergia con Marvel) sin pensar en que el producto podría ser mucho más contundente si se lo evitara.
Grandes efectos visuales y un impactante y dinámico trabajo de edición hacen de esta película un entretenimiento menor, que, con moraleja final, sólo nos deja más ansiosos hasta la siguiente película (a propósito, no se queden esperando luego de los títulos porque más allá de un breve insert al comienzo de ellos, no hay sorpresa) y añorando la honestidad y solidez de la la propuesta anterior. Fallida.