“Avengers: Infinity War” (O cómo todo nos llevo a este momento).
Finalmente el camino recorrido de diez años llega a un punto cúlmine. A un punto de inflexión. El Universo Cinemático Marvel nunca será el mismo.
Muchas veces, como críticos, como responsables de un sitio que habla de producciones audiovisuales, se nos dificulta el realizar una crítica sobre algo que amamos. Precisamente esto, el cine, las series, todo elemento cultural que alguna vez prendió esa chispa por el que, hoy por hoy, nos lleva por este camino. Y más allá de toda la historia del cine, y del snobismo que tanto mal nos hace, debemos seguir creyendo y fascinándonos con esos cuentos que nos retrotraen a una época dorada como lo es la infancia, o el ser niño de nuevo.
Pero como todo cuento, toda historia de fantasía que nos cuentan o leemos de jóvenes, la vida evoluciona, nosotros crecemos y nos vamos dando cuenta que no todos son finales felices, que no todos son cuentos alegres y que hay algo más allá que nos atrajo y que nos “movió” por dentro. Algo más que la historia en sí misma. Algo que no podemos explicar y que es el amor (si dicho adjetivo cabe en este contexto) por esos relatos donde los buenos ganan y los malos pierden. Pero, insisto, eso que amamos evoluciona, al igual que la vida y nosotros mismos.
Desde el 2008 venimos con una tendencia in crescendo al cine mainstream de superhéroes, el cual tuvo sus aciertos y fallidos y el que tuvo también su prehistoria. Pero si hablo del 2008 es porque fue el año donde se arriesgó y se ganó. Donde el Universo Cinemático de Marvel (MCU) nació y se forjó cual sólido hierro con “Iron Man” y su inoxidable Robert Downey Jr. a la cabeza. A partir de allí comenzaron a pulular hombres y mujeres (en menor medida) con superpoderes y conflictos en el cine y la TV, una marca registrada que Marvel Cómics a través de sus tantas décadas viene acuñando en las viñetas y que su par comiquero nunca pudo igualar por más que lo intentó, ya que aquellos personaje son más dioses griegos que humanos con los que nos podemos identificar. En gran parte ahí radica el éxito de Marvel/Disney: personajes con los cuales podemos identificarnos y no alejarnos. Por esto, más allá de altas y bajas, el UCM fue un cambio de paradigma no solo en el mundo del cine de superhéroes, sino del cine mismo.
Entonces una década pasó como un pestañar de ojos. Pasaron invasiones aliénigenas, nazis megalómanos, elfos oscuros, robots asesinos, la vuelta de un querido y arácnido amigo y la gran pelea de la familia, esa que nos dejó a Los Héroes Más Poderosos de la Tierra desunidos por ideales y tragedias. También surgieron reyes y hechiceros, además de diminutos y grandes héroes que son uno mismo. Pero todo, absolutamente todo, nos llevó a este momento; el momento donde el destino de todo el Universo pende de un hilo y esta vez no hay más bandos, solo un claro objetivo: defender la vida.
En este contexto Avengers: Infinity War nos termina de introducir el gran peligro que acechaba en las sombras desde el 2012: Thanos (Josh Brolin). Un villano tan temible e implacable que daba miedo no el pensar que sucedería con los héroes, sino su adaptación a la pantalla grande, ya que la falla que muchos recalcamos en este universo Marvel es la falta de un buen antagonista y éste requería de una complejidad pocas veces antes vista. Y debo decir que este film es casi, en su completa totalidad, una película de Thanos.
A través de los diez años de Marvel Studios hemos visto la evolución e interacción de la mayoría de sus personajes. No necesitábamos eso. No se necesitaba una introducción a lo que ya sabemos, se necesitaba ir directamente a la acción, y los hermanos Russo supieron que también eso era necesario y no fallaron.
Avengers: Infinity War no es una película para el neófito o el que esté ajeno al UCM. Lamentablemente es una película para sus seguidores. No hay medias tintas en esto. Los Avengers están desunidos: Capitán América actúa en las sombras y sigue la riña con Tony Stark, más profunda que nunca (quizás más que en Capitán América: Civil War). Hay todo tipo de personajes que aparecen y, si no se está al tanto de su background, es imposible seguir el ritmo del film. Es la culminación de todo un universo que, probablemente, cambie drásticamente luego de “Avengers 4 (2019)” y no sea el mismo nunca más.
Por esto, también es la cinta más adulta hasta el momento (más allá de los chistes o el cómic relief que, aquí, es más medido pero sigue interrumpiendo ciertos climas) y Thanos el villano más complejo y, por lo tanto, el protagonista de su propia historia: llegamos a empatizar con sus propósitos que, si bien son extremos, tienen una razón de ser. No es el típico villano que quiere destruir el mundo “porque sí”. Lamentablemente, la fuerza opositora son Los Avengers, esta vez distribuidos en bandos, recurso que los Russo adoptaron y que sirve para no sobrecargar la trama de personajes y que no recaiga el peso en ninguno de ellos, además de hacerla más fluida.
Mucho más no se puede agregar de Avengers: Infinity War sin caer en el spoiler y, aquí, no lo voy a hacer. El film promete con creces lo que cumple y hay muchas sorpresas que los dejará shockeados aún si han visto los avances. El film solo tiene una escena post-créditos esta vez y, quizás sea la mejor (también) de todos estos largos diez años que esperamos por este enfrentamiento.