Thanos y su ejército está decidido a atacar. Sus hijos y él mismo se dividen para conseguir las Gemas del Infinito a través del universo. Así es como los Vengadores, los Guardianes de la Galaxia y los nuevos héroes que fueron surgiendo, deberán unirse y aprender a trabajar en equipo para detener al Titán Loco y su plan de diezmar el universo.
Y por fin llegó el día. Una de las películas más esperadas del año para los fans de los comics y el cierre a diez años de historias ya está en nuestras salas. Y todo el hype que había en torno a este film, al menos para quien les habla, fue retribuido.
Los hermanos Russo entendieron que, para este proyecto, debían volver a ese tono serio que habíamos visto en Capitán América: el Soldado de Invierno; dejando un poco de lado los gags en pos de priorizar la historia. Y si bien los chistes están presentes (es una película de Marvel), se agradece que no sea un festival de comediantes como habíamos visto, por ejemplo, en la fallida La Era de Ultrón.
Una de las virtudes de Vengadores: Infinity War, es que el protagonismo está repartido en grupos y, si bien cada grupo tiene su líder o líderes, se siente que cada héroe es necesario y útil para hacer frente a Thanos y su familia. Nadie sobra ni está en la película sólo porque tenían que ponerlo; así que, en ese sentido, estamos hablando de un gran trabajo por parte de los guionistas. Aunque para ser objetivos, tenemos que decir que así como trabajaron bien la distribución de importancia de todos los superhéroes, hay algunas cosas explicadas mediante una sola línea de diálogo, como si no quisieran pensar demasiado algunas justificaciones. Eso y que las motivaciones de Thanos parecen recauchutadas de otros villanos pero ahora a escala galáctica.
Pero si hablamos de Thanos, podemos decir que por fin Marvel nos entrega un villano a la altura de sus héroes. No sólo porque es intimidante a nivel físico, sino que tiene personalidad y pese a que, como dijimos, sus justificaciones ya están vistas, éstas no dejan de ser funcionales en su forma de actuar, mostrando un propósito y determinación que da el pego para su personaje, siendo un malo tanto músculo como cerebro, personificado en uno solo.
Otro acierto que tenemos que marcar antes de finalizar esta review, es que acertaron completamente con el enfoque de las escenas de acción. Dejando atrás los famosos planos secuencias largos vistos en otros films grupales de los Avengers. En Vengadores: Infinity War las secuencias son cortas, haciendo que las constantes peleas no terminen cansando al espectador, ya que cada una es más breve y está mechada con líneas de diálogos, ya sean planes para detener a Thanos o gags. Esto da como resultado que no nos terminemos aburriendo con un film de dos horas y media.
Vengadores: Infinity War es un paso adelante con respecto a Pantera Negra y Thor: Ragnarok, y para este redactor, se sitúa cómodamente entre las tres mejores cintas del MCU. Así que eviten spoilers y corran a verla en cuanto puedan.