Los Vengadores: Infinity War

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

10 años y casi una veintena de películas condujeron a esto. A este momento cúlmine. La expectativa acumulada detrás de Avengers: Infinity War no podría ser más descomunal: para fortuna (y por habilidad) de sus realizadores, el resultado es bastante digno. A continuación elaboraremos por qué.

Denle a este hombre un escudo

Los Vengadores (junto con los Guardianes de la Galaxia, Pantera Negra y Doctor Strange) deben frenar los ataques de Thanos, un poderoso conquistador, antes de que se haga con todas las gemas del infinito y extermine a la mitad del universo.

En materia narrativa, no podemos decir que sea una película aburrida. Hay un conflicto sostenido; hay cosas en juego. El metraje está repleto -desde el comienzo mismo- de muy bien ubicadas y desplegadas secuencias de acción. Estas poseen un ritmo ágil, contribuyendo a que los 149 minutos que dura casi ni se sientan. Naturalmente, como es de esperar en películas de la factoría, el humor está presente en más de una instancia, pero no de un modo abrumador como en otros títulos.

Es una película que tiene la dura tarea de presentar y desarrollar decenas de personajes sin que parezca confuso o tedioso, un obstáculo que el film sobrelleva satisfactoriamente. Su desarrollo, tan dinámico y claro, se debe en gran parte al hecho de haber estado desarrollando y estableciendo a estos personajes a lo largo de 10 años. Si esta película hubiera sido el punto de partida no habrían tenido la misma suerte, ya que la conexión no sería la misma. Precisamente porque se tomaron tanto tiempo en crear ese lazo con los espectadores, la preocupación de estos por el destino de los personajes se agudiza, haciéndolo reaccionar con más fuerza que nunca.

Es necesario señalar que Avengers: Infinity War tiene en Thanos a un antagonista bien construido. No es el típico megalómano con una idea extremista de la pureza. Es también alguien con sentimientos, con tristeza, un personaje capaz de arriesgar todo por aquello que quiere. Y no pocas veces experimenta dolor. Es un villano con luces y sombras, que desde su punto de vista cree estar haciendo lo correcto. En definitiva: un villano multidimensional.

Avengers: Infinity War

En el aspecto visual Avengers: Infinity War se presenta prolija, sin muchas novedades. Se mantienen las propuestas de color y textura aplicadas en cada personaje a lo largo de 10 años de películas, pero no mucho más. Dicha prolijidad aplica también al apartado actoral, donde cada uno de los interpretes da lo que se espera de ellos, habiendo ocasiones en que entregan una cuota extra de expresividad que sabe tocar las fibras emocionales del espectador. Pero, de nuevo, tuvieron 10 años para crear ese lazo y los resultados destacan acá.

Sin embargo, es necesario señalar que hay una actuación que sobresale por encima de la media: la de Josh Brolin en el papel de Thanos. Para encarar un trabajo de esta naturaleza (en especial la que plantea el guion) se requería de un intérprete que pudiera entregar en iguales dosis la imagen de tipo duro y la del tipo sensible. De lo primero no faltaron ocasiones donde Brolin lo demostró, pero los momentos más logrados, esos que le ganan un párrafo aparte en cualquier análisis, son precisamente los momentos emocionales. Si Thanos es un antagonista digno, si destaca por encima de los sendos villanos que ha dado el Universo Cinemático de Marvel, es en gran parte por la enorme vida interior que Brolin le insufla a su interpretación del personaje.

Conclusión

Avengers: Infinity War es una propuesta entretenida que cosecha con razonable éxito todo lo que Marvel ha venido sembrando en estos 10 años. Ritmo ágil, acción a mansalva, humor donde hace falta, personajes queribles: esos son los ingredientes que la convierten en una película disfrutable de ver en una sala de cine. Todo esto por no mencionar las enormes expectativas que siembra para su segunda parte, a estrenarse en 2019.