Dos filmes que apuestan a la espectacularidad y también la nostalgia. Uno va hacia el futuro y otro hacia el pasado. Los dos quieren rescatar algo que está en peligro. El humor se agradece, aunque no hay mucho más. Es un desfile de cosas sabidas trayendo personajes que dejaron su marca y siguen vendiendo. "Los vengadores" -un seleccionado de superhéroes que se deben esmerar ante un villano cinco estrellas- busca más la complicidad. Y al nuevo opus de "Hombres de negro" se le nota, por suerte, la influencia de Spielberg: propone un retorno, como siempre, al pasado para pagar viejas facturas y para emparchar un presente que pide algunas mejoras. Dos buenos productos.