Seguramente nadie saldría defraudado con esta película.
La importante tradición narrativa originada en las publicaciones del sello Marvel, se ha expandido en diversos formatos y géneros. Cada generación, a su tiempo, se vio seducida, influida, atrapada e integrada en alguno de los muchos formatos. La lectura directa de la historieta gráfica original, los dibujos animados televisivos o, más recientemente, las grandes producciones cinematográficas basadas en los héroes originales, todos estos formatos han sido el vehículo diverso para las aventuras de los superhéroes.
Así, casi todos hemos sido influenciados por estos personajes y sus aventuras. De modo que un poco más o un poco menos cada espectador potencial tiene una concepción propia de esas aventuras. Cincuentones o más (entre los que se encuentra este cronista) o púberes e impúberes, todos tienen algún tipo de expectativa sobre la película. Y en ese sentido podríamos asegurar que casi nadie saldría defraudado con esta película.
Conjunción de narrativas y poderes, presentación de actores que pueden conjugar presencia estelar con talento (especialmente Robert Downey y Mark Ruffalo), un guión consistente y un gran despliegue audiovisual, dan a la película una interesante unidad.
Los vengadores es una historia de aventuras de superhéroes, ni más ni menos. La liga en formación, compuesta por Iron Man, Thor, el Capitán América, Hulk, Ojo de Halcón y la Viuda Negra es el gran protagonista de la trama. Porque gran parte de la película – y esto es un acierto – es el proceso de conformación, en la acción, del grupo de Vengadores. Y el final a toda orquesta, es la batalla por el dominio de la tierra contra los invasores que provienen de otras dimensiones.
No pretenda el espectador encontrar en esta película ni otra cuestión fuera de la aventura, ni una profundización sobre la tradición de la aventura gráfica. Si acepta esta premisa de base, saldrá satisfecho.