Todos los héroes
Los últimos diez años de cine mainstream hollywoodense (digamos desde 2002 con el estreno de Spiderman), han sido la era de oro de los superhéroes. Se hicieron adaptaciones de casi todo lo más o menos viable que ofrecían las dos grandes y ya mitológicas empresas productoras de comics, Marvel y DC. Hubo también parodias, spin-offs, secuelas, pre-cuelas, reinicios (por ejemplo este año comienza una nueva saga de Spiderman desde su origen). Y la batalla por aceptación del público la va ganando sin dudas Marvel, a fuerza de múltiples films sobre sus personajes en general con bastante éxito. Mientras que DC contraatacará este año con la culminación de la saga de Batman de Christopher Nolan, Marvel concreta Los vengadores, un proyecto que venía insinuándose (y en el último período explicitándose) en las películas de sus personajes. Si se toma a Los vengadores como una saga podríamos decir que la componen: El increíble Hulk (la versión con Edward Norton), Iron Man 1 y 2, Thor y Capitán América: el primer vengador.
Con todo esto, se eligió a Joss Whedon (creador de la serie noventosa Buffy: la caza-vampiros), y se le dio nada menos el desafío de unir a un montón de personajes e historias y construir algo que dé mucho dinero y que sea más o menos aceptable al ojo humano. Y Whedon responde con una gran pirotécnica y festiva película. Por suerte, muchos llegábamos a Los vengadores con las expectativas por el piso: esos tráileres triviales que se mostraban, los finales arbitrarios de las películas anteriores con algún tipo conocido que hablaba de Los vengadores, el estreno de la intrascendente y pequeña Thor no auguraban nada bueno.
Entonces el hombre clave para el buen resultado de este proyecto es Whedon. En esta película al menos demostró saber filmar y contar una historia, con timing y sabiendo dosificar. La introducción es larga, casi una hora presentando los personajes y el conflicto (o los conflictos), hay pausa y hay acción, y se llega al intervalo en la mitad con la tensión necesaria, con la idea de que todo está por estallar o que debería estallar. Y en la segunda hora de Los vengadores todo estalla definitivamente por los aires, en un caos ordenado a puro buen montaje. Todos los personajes están allí, al mismo tiempo, nunca desaparecen lo suficiente, nunca están demasiado. Whedon es claro, no duda y eso se nota. La batalla final dura lo suficiente, es monstruosa y bien filmada (qué suerte que Michael Bay no tiene nada que ver con este proyecto). Como agregado magistral, esta batalla contiene un plano secuencia inolvidable y genial.
Entre las buenas decisiones del director casi que debemos elogiar el tratamiento del personaje de Hulk. Bruce Banner (aquí Mark Ruffalo), o sea alter ego de Hulk, estuvo tapado en los tráiler, y está disfrazado de ser absolutamente racional durante la primera hora de la película. Todos sabemos que Banner no quiere ser Hulk, de hecho en Los vengadores lo llama “el otro” como si hubiera intentado psicoanálisis (entre otras cosas) para librarse de él. Pero también sabemos que la suficiente dosis de tensión e ira harán estallar la bomba que este personaje lleva adentro. Todos queremos que estalle, y cuando lo hace, la película entra en un divertido tubo vertiginoso que no se detendrá hasta el final.
No quiero detenerme en la enumeración de cosas buenas y atributos de este elenco que claramente es muy bueno. Nadie iba a dudar de la efectividad de Downey Jr, Evans, Ruffalo, Hemsworth (Thor está mejor que en su propia película), Johansson, Renner y los demás. Si la película hubiera tenido graves fallas seguramente no hubiera sido por sus interpretaciones. Sí vamos a destacar la buena labor de Cobie Smulders (la querida Robin de How I meet your mother).
Ya mencionamos el hombre clave del buen resultado de este film (Whedon), también el personaje clave (Hulk), tenemos por último al elemento clave: el humor. El sentido del humor y la autoconciencia atraviesan a Los vengadores, hay chistes sobre casi todo. Hay humor físico, verbal, referencias, ironía. La pantalla se divide entre el vértigo de la acción que se propone y las carcajadas y risas nerviosas de los chistes de desfilan como un bálsamo. Mi amigo y también critico de FANCINEMA, Mex Faliero, me dijo al salir de la función: “Hulk tiene la construcción moral del Demonio de Tasmania de la Warner”. Sin duda, el bestial comportamiento, la violencia injustificada y encendida de Hulk es uno de los mejores chistes de Los vengadores.
Por todo esto, Los vengadores es un triunfo para las películas de superhéroes, y plantea la pregunta de fácil respuesta: ¿y ahora qué?. La respuesta: muchas secuelas hasta agotar la veta sin duda. Mientras tanto queda esta muy buena película para disfrutar y divertirse.